Hablamos muy a menudo de maquillaje en Arrebatadora, pero no de la importancia de que los utensilios q utilizamos estén limpios y adecuados para su uso. Uno de los más importantes son las brochas y pinceles, que deben lavarse periódicamente para evitar que se acumulen gérmenes. La forma más sencilla de hacerlo es utilizar jabón neutro (mejor si es para bebés) y agua, formando un agua jabonosa donde se puedan introducir los pinceles y lavar suavemente.
Sin embargo también existen limpiadores específicos. Yo soy una fan empedernida del de MAC (en la foto), que cuesta unos 11 euros pero dura mucho si sabéis dosificarlo. Otras marcas que también venden este tipo de producto son Bobbi Brown (en tubo), Estee Lauder o Clinique (en spray). La manera de limpiar brochas y pinceles con estas soluciones limpiadoras es la siguiente:
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Echa un poco de solución limpiadora en un cuenco-aunque también vale la mano- e introduce las cerdas de la brocha en ella.
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Pasa la brocha con suavidad por los bordes del bol o la palma de la mano, como si estuvieras pintando con ella, de manera que ambos lados de las cerdas se utilicen. El movimiento ha de hacerse mientras las cerdas del pincel quedan totalmente sumergidas en la solución.
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La suciedad y restos de maquillaje irán saliendo poco a poco y el pincel irá quedando limpio. Cuando creas que la limpieza es suficiente, déjalo secar sobre una toalla. No vuelvas a usarlo hasta que esté completamente seco, lo que puede llevarle un par de días dependiendo de la época del año y la temperatura de la habitación.
Si limpias regularmente tus brochas, la solución que eches al principio en el bol te podrá valer para un par de pinceles aproximadamente al no verse alterada por demasiada suciedad. Sin embargo, si ves que se decolora debes tirarla y echar más del bote. Cada aplicación puedes usarla para dos pinceles o brochas como máximo, y para sólo una si es muy gruesa.
