Llegó el mes de enero con todos sus buenos propósitos, que esperamos que podamos llevar a cabo. Uno de ellos casi siempre es el de bajar de peso, por lo que tras las abundantes comidas de Navidad empiezan a proliferar las dietas depurativas y los complementos nutricionales. Pero, ¿realmente necesitamos depurar nuestro organismo?
Si eres de las que se ha puesto a dieta estricta a partir del día 2 de enero (o del 7, que había que hacer sitio a roscón de Reyes), quizás deberías pensártelo dos veces. Os cuento por qué, desde mi punto de vista, las dietas depurativas no son necesarias ni efectivas.
¿Qué son las dietas depurativas?
Las dietas depurativas, que abundan en los momentos posteriores a grandes comilonas (Navidades) o previos a momentos especiales (antes del verano) son dietas que prometen "desintoxicar" nuestro organismo a modo de limpieza interna. Pero realmente, ¿necesitamos desintoxicarnos?.
Es posible que en Navidad te hayas pasado con las comidas o con los dulces, pero intentar "compensarlo" con unos días de ayuno (en el peor de los casos) o de semi-ayuno no es la solución. No necesitas una dieta depurativa: necesitas un cambio de hábitos.
¿Por qué no me gustan las dietas depurativas?
Para empezar diré que no me gustan las dietas en general porque absolutamente todas tienen fecha de caducidad. Me explicaré mejor: cuando nos ponemos "a dieta" o "a plan" lo hacemos durante un período específico de tiempo. Pero, ¿qué pasa cuando acabammos esos días de dieta? Generalmente volvemos a la alimentación que llevábamos antes de empezar con ella, que es la que nos ha llevado a ganar peso.
Otra cosa que no me gusta nada de las dietas depurativas es que suelen ser "la dieta de algo": la dieta del pomelo, la dieta de la manzana, la dieta de los zumos... Por norma general, las dietas que se basan en un sólo tipo de alimento o que erradican totalmente algún macronutriente (ya sean carbohidratos, proteínas o grasas) no son dietas equilibradas, y nos llevarán a sufrir deficiencias de algún tipo.
Cambia tus hábitos y verás cambiar tu cuerpo
Lo que realmente necesitamos no es una dieta depurativa que dure unos cuantos días, sino un cambio de hábitos progresivo y duradero. No necesitas una dieta: necesitas aprender a comer. No necesitas un plan de entrenamiento de quince días: necesitas incorporar el ejercicio físico a tu rutina diaria.
Bebe agua, apuesta por los alimentos poco procesados, incluye en tu alimentación frutas y verduras, reduce el consumo de azúcar y alcohol... Todos estos son pequeños cambios que, incorporados a nuestro día a día, nos ofrecerán magníficos resultados en forma de salud y mejora física.
Si no sabes cómo comer de forma sana y equilbrada, acude a un profesional: los dietistas-nutricionistas o los profesionales de nutrición deportiva son el colectivo al que debemos acudir en busca de una buena educación nutricional que podamos mantener a largo plazo.
¡Muévete!
Además de todo esto, un hábito que todos deberíamos integrar en nuestra vida es el del ejercicio físico: no hace falta que levantemos grandes cargas ni que corramos una maratón (aunque puedes hacerlo, si es lo que te gusta). Elige una actividad que sea de tu agrado y comienza a practicarla de forma progresiva, combínala con deportes en grupo o actividades en familia para no caer en la rutina.
Si durante la Navidad no has podido ir al gimnasio, ahora es el momento de retomarlo. Si eres novata y has decidido cuidarte o quieres bajar unos kilos, la actividad física (además de una dieta equilibrada) es impescindible para ti.
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