Los productos exfoliantes cumplen muy bien su cometido pero en algunas ocasiones dejan la piel demasiado expuesta y extremadamente limpia. Siempre hay que darse crema corporal después, sin embargo a veces pecamos de no ponernos la cantidad adecuada y dejamos la piel tirante y sin hidratar después de la exfoliación. Un exfoliante corporal súper hidratante es la solución.
Necesitaremos aceite de oliva y avena en copos, se mezcla todo en un tarro hasta conseguir una papilla semilíquida. Cuando estemos en la ducha nos hacemos un masaje por todo el cuerpo con movimientos circulares y después enjuagamos con agua tibia.
Si el olor del aceite de oliva nos desagrada un poco podemos usar la mitad del tarro con aceite de almendras, es igual de hidratante y huele mucho mejor.
Imagen | Coreyu
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