Los cuidados nocturnos son una parte esencial para poder mantener una piel joven por más tiempo. Por la noche mientras dormimos, a lás células les llega una mayor cantidad de oxígeno y los tejidos de la piel se regeneran mucho más rápido haciendo frente a las agresiones que ha sufrido durante el día.
Por ello resulta fundamental preparar todas las noches nuestra piel, como si de un ritual se tratase, para que la función regeneradora pueda realizarse de la manera más efectiva posible.
Lo primero que debemos hacer es limpiar nuestra piel con un gel limpiador, eliminando posibles restos de maquillaje o un exceso de grasa. Puedes combinar esta acción utilizando un exfoliante después de haberte lavado la cara unas dos o tres veces por semana.
Una vez limpiado nuestro rostro, es conveniente utilizar un tónico para eliminar alguna posible impureza que pudiera haber quedado, además de refrescar y cerrar los poros.
Cuando hemos realizado estos pasos tan solo nos queda el último pero no por ello menos importante. La hidratación de nuestro cutis. Este paso es el que más opciones presenta dependiendo del tipo de piel y de la edad de la persona. Si estás rozando la veintena, con una simple crema hidratante te será más que suficiente, incluso puedes utilizarla con unas gotitas de aceite de rosa mosqueta. Si estás más cerca de los treinta deberás ir pensado en utilizar cremas específicas de noche que posean retinol o vitaminas A,C ó E entre sus componentes.