Bajo el hielo, el tiempo parece detenerse. Esta mañana, para presentar a la prensa especializada en belleza su nueva línea "Cellular Swiss Ice Crystal", la firma cosmética suiza La Prairie nos convocó en la planta 55 de la Torre de Cristal de la Castellana en Madrid.
Nada más llegar, Tamara Gómez, su flamante directora de comunicación, nos dio la bienvenida con una copita de champán y, en seguida nos hizo pasar a una sala donde todas las ventanas aparecían cubierta por un vinilo que reproducía a la perfección el efecto que el hielo causa sobre el cristal.
El espacio estaba en penumbra, fantásticamente iluminado con una tenue y fría luz azul, y al entrar, nos vimos envueltos por una nube de humo blanco fabricado con hielo seco - de esos que utilizan los artistas cuando actuán en un escenario -, y que ayudaba a incrementar, aún más si cabe, la sensación de frío polar.
Todos hemos oído hablar alguna vez de lo bien que han logrado conservarse a bajas temperaturas algunos animales enterrados bajo el hielo de los Alpes. Basándose en la idea de la criopreservación, los responsables de los laboratorios de La Prairie han estado investigando para desarrollar la técnica necesaria para revertir el daño causado por la contaminación medioambiental y el estrés en nuestra piel.
Para lograrlo, no dudaron en subir hasta los más de 4.300 metros de altura que tiene una montaña llamada Le Dôme, localizada en los Alpes, pues allí existen tres tipos de plantas que han ido evolucionando hasta ser capaces de permanecer ocultas bajo el hielo y la nieve durante el invierno - sobreviviendo a temperaturas extremas -, para luego utilizar toda la energía almacenada en sus hojas para derretir el hielo y volver a florecer en primavera.
Desentrañar los secretos de estas plantas resilientes (¡lo que no te mata te hace más fuerte!), que han sabido encontrar la manera de proteger su ADN, para así poder renacer a pesar del frío, el hielo y la altitud ha sido el último reto al que se ha enfrentado La Prairie.
El resultado de todos estos años de investigación y de desarrollo ha sido la creación de la línea Cellular Swiss Ice Crystal que se fundamenta en la estrategia de estas flores minúsculas que se envuelven en cristales de hielo para superar, con éxito, las peores agresiones medioambientales que quepa imaginar.
Los laboratorios La Prairie han sido capaces de cultivar estas tres plantas (saxífraga púrpura, soldanella alpina y alga de nieve suiza) en unos invernaderos a bajas temperaturas, y extraer de las mismas todos los activos necesarios para restaurar de inmediato el aspecto de nuestra piel, al tiempo que también fortalece su resistencia ante los ataques producidos por el estrés y las agresiones medioambientales.
Se podría decir que, en este caso, la bioteconolgía más sofisticada ha creado una espectacular sinergia con la naturaleza, ya que las células madre de estas tres plantas ayudan a renovar el aspecto de firmeza y suavidad ante la aparición de las arrugas, hidratando continuamente la piel desde una reserva de hidratación desde el interior.
Guillaume Bedu, International Training Manager de la firma, y la directora de formación de La Prairie nos explicaron de forma amena, en la que no faltaron las bromas, y las preguntas sorpresa, cómo La Prairie había encontrado la manera de extraer el ADN que protege la energía de estas plantas para crear un revolucionario complejo que se declina en forma de una rica crema hidratante que al fundirse al instante en nuestra piel la hidrata en profundidad, retrasando el envejecimiento.
Y en un aceite seco transparente que ayuda a apoyar la función de la barrera lipídica natural de la piel al estar formulado con aceites exclusivos y puros, por lo que sella la hidratación de nuestra piel durante más tiempo, mientras que sus suaves extractos botánicos la calman y la nutren, y la ayudan a incrementar su fuerza interior contra todos los factores mediambientales y el estrés.
Este aceite se puede utilizar sólo, y como es seco no hay que calentarlo entre las manos, y penetra con facilidad sin dejar una sensación aceitosa en la piel. Guillaume nos aconsejó mezclar una gota de este aceite con una crema hidratante (la que solamos utilizar), para conseguir una hidratación aún más duradera.
La idea de que este tratamiento forme una especie de barrera para mantener el nivel óptimo de hidratación en la piel, protegiéndola, además, de los efectos de la exposición medioambiental me da que va a ser la clave que ayude a frenar el envejecimiento desde su origen. ¿No os parece?
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