Por el módico precio de 3.40 euros, sin descuentos, poco se le puede pedir a esta leche desmaquillante y limpiadora. Perteneciente a la gama Pure Calmille de Yves Rocher, con camomila, es una leche muy suave y muy líquida que hace bastante difícil su aplicación y posterior retirada. En realidad cuando lo usas por primera vez parece un producto leche-tónico, ese híbrido que últimamente se vende tanto.
Aunque Pure Calmille tiene también una leche-tónico, muchísimo más fluida, en este caso el nombre de "leche" no es muy adecuado, ya que como he dicho apenas se mantiene en la piel. Eso provoca que no deje sensación de limpieza ni siquiera de hidratación después de retirarla con tissues. Además hay que echarla en el cuenco de la mano para poder aplicarla desde ahí; en caso contrario se esparcirá por todos lados.
Su textura no es grasa, por lo que yo la recomendaría, como el gel hidratante, para pieles muy jóvenes, con pocas necesidades cosméticas y poco presupuesto. Si tenéis la piel grasa os quedaréis con sensación de no haber limpiado bien la piel y si la tenéis seca no contribuirá en absoluto a nutrirla. Si la tenéis sensible si podríais usarla perfectamente, como casi todos los productos de la marca.
Mi experiencia hasta ahora con la línea Pure Calmille me hace calificarla de gama baja en cuanto a prestaciones, pero este hecho queda compensado por su suavidad y por sus bajos precios. Así puede ser una buena opción en estos momentos de apretarse el cinturón o para chicas arrebatadoras jovencitas que empiezan a cuidarse. El resto, mejor abstenerse.
En Arrebatadora | Gel hidratante Pure Calmille