Después de una larga caminata o de estar mucho tiempo en pie, hay una zona del cuerpo que nos agradecería que la masajeasemos, los pies. Los pies son los que más sufren ya que es la parte del cuerpo sobre la que reposa todo nuestro peso. Para darnos un masaje en los pies y que éstos queden aliviados, lo mejor es seguir los siguientes pasos:
Lo primero que debemos hacer es prepararnos para comenzar a dar el masaje. Lo principal es tener buen ánimo porque es lo que vamos a transmitir. Para comenzar a dar el masaje, tenemos que empapar las manos con una crema corporal muy untuosa o con aceite y frótalas para darles calor (da mucha impresión si te tocan con las manos heladas porque en vez de relajar, contraeríamos aún más los músculos). Los movimientos que hay que hacer para comenzar con el masaje, son:
Comienza deslizando las manos por el pie desde los dedos hasta el tobillo. Notarás como el pie comienza a relajarse. Repítelo varias veces.
Lo siguiente es "desengancharlo". No es que se note mucho alivio con este paso, pero el pie, internamente lo nota. Levanta el pie con una mano y con la otra muévelo formando círculos. Hazlo dos veces para cada sentido del giro, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Siempre haciendo movimientos suaves y lentos.
Sitúa el dedo pulgar en la planta del pie presionando sobre ella en diferentes puntos. Pasa al siguiente paso cuando creas que has hecho presiones por toda la planta del pie.
La zona del tobillo no tenemos que olvidarla ya que es un punto muy frágil. Con lo dedos índice y corazón presiona en toda el área del tobillo con movimientos circulares.
Pasamos ahora a los dedos del pie masajeándolos con los dedos pulgar e índice. Cogemos cada dedo y lo movemos de forma circular en ambas direcciones. Después de los movimientos, estiramos el dedo muy suavemente. Repetir esto 3 veces con cada dedo.
Como último paso, masajea el pie presionandolo con las manos y de forma contraria a la circulación.
Después del masaje mejor estirar el pie. Con una mano, lo elevamos y con la otra empujamos el pie hacia la pierna. Repite este estiramiento 2 veces.
Un truco: No olvidemos que los masajes no son solo cuestión de tocar en los puntos claves, sino de transmitir relajación y bienestar. Para aumentar este estado de relajación y bienestar, puedes añadir a la crema o aceite con el que vayas a dar el masaje unas gotitas de esencia de lavanda.
Al principio cuesta quedarse con todos los pasos e ir haciéndolos seguidos, pero con la continuidad se coge práctica y los masajes son "coser y cantar". Disfrutaremos aún más si hay algún "alma caritativa" que nos haga el masaje.
Via | Lindisima