El agua micelar se ha convertido en un imprescindible de mi rutina diaria para desmaquillarme o para limpiar mi piel, consiguiendo una piel limpia, fresca y sin irritaciones. Parecía que su llegada al mercado, hace ya unos años, correspondía a una moda pasajera pero nada más lejos de la realidad.
Incluso firmas de lujo como Chanel han incluido agua micelar en su línea de limpieza facial. Hoy os cuento mi experiencia con este producto y si realmente resulta tan apetecible como parece.
Algo más que un simple agua micelar
El agua micelar de de Chanel está pensado para eliminar el maquillaje, incluso de larga duración, las impurezas, los filtros UV y las partículas contaminantes. Está indicado para todo tipo de pieles pero especialmente para las sensibles ya que promete una alta tolerancia. También cuenta con una molécula prebiótica en su fórmula, lo que ayuda a potenciar las defensas naturales y reequilibrar el ecosistema de la piel.
Además en su fórmula combina dos extractos de plantas marinas, por un lado tenemos la microalga azul que elimina las partículas contaminantes que se van adheriendo a la piel y por otro lado el extracto de salicor marino que tiene acción hidratante y fortificante de la piel.
Pero además de las bondades de su formulación me quiero detener brevemente en su aspecto exterior. El envase es muy práctico, ya que a diferencia de la mayoría de aguas micelares que encontramos en el mercado este tiene dosificador, lo que hace más fácil la aplicación consiguiendo que se desperdicie menos producto y todo ello sin dejar de lado el clásico diseño de los productos de Chanel, de líneas rectas y minimalista.
Otro aspecto nada usual en un agua micelar pero que también debemos considerar es su aroma. Desde el primer momento la sensación es muy agradable porque tiene un aroma floral muy suave y rico que me recuerda a violetas.
Mi experiencia con el agua micelar de Chanel
Entrando a analizar las características más propias del agua micelar nos pararemos en primer lugar en analizar su textura, que aunque es líquida al entrar en contacto con la piel se nota sutilmente más viscosa, probablemente se deba a los agentes hidratantes que contiene. En el mismo momento de usar esta agua micelar la piel se siente más fresca, más vitalizada como un chute de energía, la verdad que este punto se nota y se agradece muchísimo.
Otro punto que también se nota es la sensación de jugosidad y acabado glowy que queda en la piel y que a mí personalmente me gusta muchísimo aunque reconozco que en algunos casos esa sensación ligeramente "pegajosa" que deja el producto sobre la piel puede convertirse en incómoda y habrá quien necesite lavarse la cara tras su uso.
En cuanto a sus propiedades desmaquillantes hay que reconocer que cumple su cometido, aunque también es cierto que esperaba algo más. Con las fórmulas más resistentes (especialmente en los ojos) hay que insistir y utilizar unos cuantos algodones más de lo habitual, sobre todo si lo comparamos con otras aguas micelares del mercado.
Tambien debo hacer mención que hay que tener cuidado a que no entre producto en los ojos porque escuece un poco, al igual que se puede notar algo de escozor si hemos tenido algún granito o postillita que se está curando.
Con el uso continuado la piel gana en luminosidad y suavidad, con resultados visibles a partir de la primera semana. Se nota como si la textura de la piel se afinase. De hecho podríamos decir que también actúa como un tónico ya que tiene un efecto tonificador y deja muy buen aspecto de piel sana, lista para recibir la crema hidratante.
En defintiva, un agua micelar muy completa, quizás donde más flaquee sea en su poder limpiador pero lo compensa con un resultado excelente a largo plazo y una sensación de energía e hidratación tras su uso.
Su precio es 41,00 euros, en Sephora.
El producto fue facilitado para la prueba por Chanel. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
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