Hace tiempo que tenemos claro que los refrescos, con su gran contenido en azúcares simples, no son una opción para consumir habitualmente, ya que nos llenan de calorías vacías, engordan y favorecen la celulitis.
Nada mejor que un buen vaso de agua, pero en caso de no resistir la tentación siempre podemos echar mano de los refrescos light, repletos de edulcorantes y otras sustancias químicas (no dañinas en teoría, pero tampoco necesarias), que saben prácticamente igual y no aportan una sola caloría.
Hasta aquí la elección parece fácil, pero ahora se nos une una tercera opción que Pepsi va a estrenar mañana en Japón, bajo el nombre de Pepsi Special. Y bien especial sí que es, ya que promete nada más y nada menos que ser un refresco quemagrasas.
Su antecesora, una bebida similar de la marca japonesa Kirim, es record de ventas en el país y no tengo duda de que la nueva propuesta irá por el mismo camino, ya que ambas contienen una fibra molecular (Dextrina indigerible) que evita, en teoría, que el sistema digestivo absorba la grasa.
Pero ¿Toda la grasa? ¿De cualquier tipo? Tanto el resto de ingredientes, como su proporción no están todavía localizables (si alguien sabe japonés en la sala quizá pueda echarnos una mano) pero en la web de Pepsi Japón podemos encontrar una serie de imágenes que hablan por sí solas.
Pizzas, hamburguesas, carne grasienta chisporroteando en la plancha… sugieren que podremos comer tan mal como se nos ocurra y el refresco milagroso se encargará de deshacerse de las consecuencias.
No solo me resulta de entrada increible, también me parece un consejo muy poco saludable. ¿Qué pasará en esas comilonas con el exceso de azúcar (que también pasa a ser grasa) o sal, con el colesterol, los triglicéridos etc.? por no hablar de los efectos secundarios que suelen tener las fibras dietéticas vendidas como “quemagrasas” que van desde hinchazón, diarreas o dolores intestinales a interferir impidiendo una correcta absorción de minerales necesarios para el organismo.
Por otro lado esta bebida está considerada como un “alimento específico para la salud”, regulado por el gobierno japonés y cuenta con su sello de aprobación. Así que quizá de entrada estoy siendo muy desconfiada (Habrá que esperar a que se comercialice aquí para conocer mejor sus características) y puede que su uso ayude a algunas personas a adelgazar, pero en cualquier caso el planteamiento no me parece el más correcto.
Todo esto sin haber tenido en cuenta algo también muy importante, y es que las grasas son imprescindibles en nuestro cuerpo, por lo que en lugar de eliminarlas es mucho más recomendable elegir las que nos resultan beneficiosas.
Resumiendo, aunque la noticia puede sonar a sueño hecho realidad, yo de momento me quedo con una dieta variada y algo de ejercicio, que me funciona de maravilla. Eso de beber un quemagrasa me suena más bien a chupito de lavavajillas… Antigua que es una.
Y vosotras ¿Qué pensáis?
Vía | El Comidista
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