Un día más os presento un nuevo perfume, y este destaca por su diseño. Japón, país puntero en diseño y moda ha unido a dos de sus hijos pródigos: Shiro Kuramata e Issey Miyake.
Miyake diseñó esta botella hace tiempo, y tras su muerte en 1991, se han rescatados sus diseños para lanzar una edición limitada de 2.500 botellas con la esencia misma del perfume, una gota de agua gigante. ¿Cómo? Pues con tecnología láser para enmarcar un círculo perfecto (con el perfume) dentro de un cuadradado perfecto, el frasco.
¿A qué huele? A una mezcla de Oriente y Occidente. A loto y a rosa. Porque Kuramata condensó una fragancia sin aroma, pero con referencia a la Tierra, y en el espacio en blanco, dentro de todos esos cristales y reflejos, sueños, flores de hombres y mujeres. Se vende en toda España pero ya sabes, hay pocas unidades.
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