Siete pautas para que diciembre no sea el mes en que cogiste cuatro kilos

Siete pautas para que diciembre no sea el mes en que cogiste cuatro kilos

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Siete pautas para que diciembre no sea el mes en que cogiste cuatro kilos

La querida y temida Navidad está a la vuelta de la esquina, y quien más y quien menos ya se está preparando para las cenas familiares, comidas con amigos, reuniones con ex-compañeros de la facultad, aperitivos que amenizan los largos días de compras y un extenso etcétera de excesos de comida y bebida que son los compañeros perennes de estas fechas.

La Navidad es una de las épocas del año, quizás junto al verano, en la que más gente sube de peso: solemos tener más manga ancha con las comidas, al mismo tiempo que las reuniones sociales y los compromisos nos quitan tiempo para mantener nuestra rutina de ejercicio o actividad física, y esto se traduce en unos kilos de más para la cuesta de enero.

¿Qué podemos hacer para que la Navidad no termine por pasarnos factura a nivel físico? Te damos las claves para que diciembre no sea ese mes en el que cogiste cuatro kilos.

Mantén tu rutina de ejercicio en estas fechas

Si planificar en tu día a día es importante, lo es aun más en estas fechas donde seguramente nos veamos sobrepasados por distintos compromisos. Pero recuerda que, antes que nada, tienes un compromiso contigo mismo y con tu salud: seguro que puedes sacar 30 minutos diarios para dedicarlos al ejercicio.

30 minutos diarios son suficientes para mantenerte activo y en forma esta Navidad, ¡no te los saltes!

No hace falta que corras maratones o que te pegues unas tremendas palizas en el gimnasio: simplemente con una pequeña rutina en casa de 30 minutos de duración es más que suficiente. Aquí tienes algunas ideas, y también puedes seguir el reto de Yoga que hemos propuesto en Vitónica, con una postura al día para practicar: tu cuerpo te lo agradecerá.

Reduce los excesos a los días festivos

A pesar de que los turrones lleven desde principios de octubre en las estanterías de los supermercados, en realidad la Navidad no son tantos días. Que sea un período festivo no debe darnos manga ancha para comer o beber en exceso todos los días de diciembre (y algunos de enero).

Si prevés que vas a cometer algún exceso, por ejemplo con los turrones, haz que sea especial y redúcelo a los días de fiesta. En tu vida diaria seguramente no comas turrón cada día, ¿por qué hacerlo en Navidad?

Reduce (o elimina) el consumo de alcohol

navidad

El alcohol puede duplicar muy fácilmente las calorías que ingerimos en una comida. Si los días de fiesta nos sentamos frente a una abundante mesa, regamos las copas con distintos vinos y después nos alegramos la noche con unas cuantas copas estaremos consumiendo calorías (y calorías vacías en el caso del alcohol, sin aporte de nutrientes) en cantidades desmesuradas.

Solo con reducir o eliminar el consumo de alcohol ya podemos tener medio camino andado. Si no quieres eliminarlo, reduce su consumo en las comidas: una vez consumida tu copa de vino, rellénala con agua, no con más alcohol. Por la noche siempre puedes optar combinados sin alcohol en los bares o discotecas. Restarás calorías y sumarás en salud.

Aprovecha para moverte más

¿Tienes un montón de recados y compras que hacer y el centro está colapsado de coches? No te lo pienses y ve andando o utiliza el transporte público, con sus escaleras tradicionales. Intenta dejar de lado el ascensor y usa las escaleras tantas veces como puedas. Sal de compras en lugar de pedirlo todo por internet. Aprovecha esa tarde libre para dar un paseo por el centro y disfrutar de las luces de Navidad de la ciudad. Baila hasta que te canses en esa quedada con tus amigos en lugar de quedarte parada en la barra.

¡Todo cuenta a la hora de moverse! Si tienes una pulsera cuantificadora de actividad física verás que con estos pequeños cambios en estos días harás tu récord personal de movimiento. Si todavía no tienes una, puede ser un buen regalo de Navidad (puedes encontrar las claves para escoger la que mejor te va aquí).

Cocina para las fiestas

Navidad

Si tenéis la suerte de que os gusta cocinar, no os imagináis la ventaja que lleváis. A mí no me gusta nada y, por ende, se me da fatal (no le dedico tanto tiempo como debería, todo sea dicho), pero cuando hay alguna celebración con la familia, como la cena de Nochebuena o de Nochevieja, siempre llevo algo que haya preparado yo y aprovecho para que sea sabroso y saludable (y apto para vegetarianos, ya que lo soy).

Si crees que vas a llegar a la mesa un día de celebración y no vas a encontrar nada saludable que llevarte a la boca, ¡prepáralo tú mismo! Quedarás súper bien ante los anfitriones, puedes animar a los comensales a que prueben nuevos alimentos o sabores y tú seguro que tendrás algo de picar. No tiene que ser un plato digno de Martha Stewart: unas crudités con hummus bien presentadas, por ejemplo, te pueden salvar la noche.

No te saltes comidas por miedo a engordar

Una de las cosas más típicas que ocurren en estas fechas es que cuando sabemos que vamos a una cena de fiesta donde va a haber abundante comida, nos saltamos la comida anterior por miedo a engordar. Con esto lo único que conseguimos es llegar a la cena con muchísima hambre y arrasar con todos los aperitivos que encontramos en la mesa (que, a excepción de ls postres, suele ser lo más calórico que hay).

Saltarte comidas solo hará que llegues con más hambre a la cena de fiesta, ¡no lo hagas!

No pases días sin comer antes de una fecha especial: es absurdo y contraproducente. En lugar de eso, procura hacer una comida ligera que te mantenga saciada hasta la hora de cenar. Antes de llegar a la cena puedes comer algo saludable como merienda, como un puñado de frutos secos o un yogur con quinoa.

Aumenta el consumo de frutas y verduras

Navidad

Cualquier época del año es buena para esto, pero la Navidad es el momento ideal para que frutas, verduras y legumbres llenen tus platos. Si cuando piensas en verduras solo se te viene a la cabeza la típica ensalada fresquita del verano, prueba los platos calientes elaborados con vegetales. Desde cremas y sopas hasta sabrosas lasagnas de berenjena o hamburguesas de lentejas. Las verduras no son solo para el verano.

¿Y qué hay de las frutas de invierno? Los cítricos como las naranjas o las mandarinas son un excelente postre para cualquier comida. El kiwi podemos incluirlo en nuestro desayunos si preparamos un sabroso smoothie bowl. Y la piña está riquísima, tanto si la comemos sola como si forma parte de nuestros platos. Solo intenta comprar fruta de proximidad para reducir la huella de carbono y para promover el comercio local.

Con estos siete consejos seguro que pasamos una Navidad más saludable, ¿cuántos vas a poner en práctica?

Imágenes | iStock
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