Una de las grandes razones por las que muchas de nosotras acudimos al gimnasio es para bajar de peso: hacemos los ejercicios que nos han mandado, llevamos nuestra alimentación de una forma controlada... ¡Pero no bajamos de peso! ¿Qué está pasando? ¿Estamos haciendo algo mal? Hoy hablamos de tres errores muy comunes que nos impiden perder peso.
Recordemos en primer lugar que para bajar de peso es necesario que gastemos más calorías de las que ingerimos al cabo del día, es decir que tenemos que tener un balance calórico negativo. Además, deberemos hacer un reparto de macronutrientes adecuado y unas elecciones de alimentos inteligentes para que nuestra alimentación sea sana y equilibrada.
Error número 1: no sabes realmente lo que comes
Este es un error tremendamente común, pero que tiene muy fácil arreglo. Cuando preguntas a una persona que está intentando bajar de peso qué come en su día a día, normalmente tiende a decir que come mucho menos de lo que en realidad está ingiriendo. Esto ocurre porque no nos paramos realmente a pensar en lo que comemos: no se trata sólo de las comidas principales, sino también de lo que comemos cuando salimos fuera de casa, de lo que picamos entre horas o mientras estamos cocinando, de las bebidas que incluimos en nuestra alimentación...
La solución a esto es muy sencilla: para ser más conscientes de lo que realmente estamos comiendo sólo tendremos que ir apuntando durante toda una semana todo lo que comemos (y cuando digo todo, es todo). Ahora es muy fácil hacerlo con el bloc de notas del móvil: no hay excusa para no apuntar qué comes, cuánta cantidad y la hora a la que lo has comido (esto también es importante: descubriremos a qué hora del día tenemos más antojo de dulce, por ejemplo) aunque estemos fuera de casa.
Con hacerlo por una semana basta: el último día revisaremos cómo ha ido el experimento. ¿Tienes más antojos a una hora que a otra? ¿Las elecciones de alimentos que realizas son sanas? ¿Estás incluyendo demasiado azúcar en tu alimentación? Se trata de ser más conscientes de lo que comemos para poder tomar medidas al respecto.
Error número 2: comes de más... o comes de menos
Igual de malo es pasarnos por exceso que por defecto, ya que como explicamos en el artículo sobre la tumba metabólica, una cantidad demasiado limitada de calorías por día puede detener nuestra pérdida de peso.
Ahora que has apuntado todo lo que has comido en una semana, échale un vistazo y asegúrate de que como máximo ingieres 500 calorías menos de lo que tu cuerpo necesita para mantenerse vivo y hacer las tareas diarias (incluido el entrenamiento). Ya te contamos cómo calcular estas calorías y cómo armar tu dieta de definición en este post: quizás es un buen momento para revisarlo.
Error número 3: en el gimnasio te limitas al cardio
Si pasas horas, horas y más horas subida a la elíptica, a la bicicleta o a la cinta y no ves resultados, es hora de probar otro tipo de entrenamiento. El entrenamiento de fuerza debería formar parte de tu rutina si estás buscando perder peso, ya que a largo plazo es más efectivo que el ejercicio cardiovascular o aeróbico.
La razón es sencilla: a mayor masa muscular (y no estoy hablando de ponernos como Hulk, simplemente de que nuestro cuerpo esté "duro" o "tonificado"), más calorías quemarás en estado de reposo. El músculo demanda energía para mantenerse vivo: la grasa no. así de fácil, así de simple.
Por eso, si quieres perder peso es importante que incluyas en tu rutina el entrenamiento de fuerza: si eres novata lo mejor es que comiences aprendiendo bien la técnica de los ejercicios básicos como sentadillas, flexiones, etc. Puedes empezar trabajando sólo con tu propio peso corporal, y luego ir añadiendo un poco de dificultad con más peso.
Ojo con estos tres errores, que suelen ser los más frecuentes entre las personas que intentan perder peso. Ahora que ya los conocéis ¡no hay excusa para no intentarlo!.
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