Por fín voy a tener mi escapada a una capital europea en la que sé que va a hacer frío. Incluso puede que nieva. He puesto en marcha mi protocolo de cuidado facial y os estoy escribiendo con la mascarilla facial en la cara, antes de irme de fin de semana.
Como la piel del rostro es la que más sufre el frío (sé que voy a estar en el exterior buena parte del día), hay que prepararla y lo mejor es aplicarse una capa gruesa de mascarilla antes de marchar. Eso la fortalecerá para lo que se le viene encima.
Cada una tiene la que más le conviene según su tipo de piel. Las pieles normales y mixtas deben utilizar antes de salir una mascarilla hidratante. Las secas y las sensibles, mejor que además sea nutritiva. Las pieles grasas no sufren tanto el frío pero una mascarilla hidratante no está de más.
Al volver a casa, la piel vuelve a sufrir el cambio inverso de temperatura, ha estado expuesta a las agresiones externas como el frío anunciado, las calefacciones de los locales y el aire cerrado del avión. Aunque sean sólo unos pocos días, mi consejo es que vuelvas a hacerte la mascarilla.
La primera tendrá un papel protector de la piel del rostro, la segunda reparará los daños. Verás que a la vuelta la piel absorberá lo que le eches, agradecida.
En el caso especial de las pieles sensibles no es recomendable: es casi obligatorio. Los cambios de temperatura interior-exterior, más el frío y el avión son bofetadas para esa piel que se irrita con facilidad y enrojece. Una buena mascarilla especial pieles sensibles antes de salir de viaje le aumentará las defensas. Al volver, más de lo mismo. ¡Ya os contaré!
Foto | Frankfurt Tourismus
En Arrebatadora | Cuidados de la piel en invierno, Con la llegada del frío cuídate los labios
