Coachella tiene un uniforme para todos los mortales que lo pisan: shorts vaqueros, kimonos de flores y maquillajes llenos de lentejuelas y brillo. Y luego tiene un uniforme particular para Rihanna, que parece que ha tomado la costumbre de ir de incógnito al festival. Porque solo la Rihanna de 2018 podía superar a la de 2017, incluso repitiendo firma y costumbre de taparse la cara al completo.
El año pasado su estilismo a golpe de mono ajustado de cota de malla y cristales que le cubría hasta la cabeza firmado por Gucci fue el más comentado de toda la temporada. No se le veía la cara, pero todos sabíamos que era ella porque ¿quién más se atrevería con algo así?
Era un look complicado, o lo amabas o lo odiabas. Porque, al fin y al cabo, Rihanna es Rihanna y sus estilismos son siempre un caso aparte. Pero muchos dijeron que era insuperable. A esos que dudaban la cantante tiene algo que decirles, porque ella misma se ha sobrepasado en extravagancia este 2018, con un look made in Gucci (de nuevo) repleto de capas recién sacado de la pasarela Otoño/Invierno 2018-2019 de la firma.
Camisa de rayas oversize de las que le gustan a RiRi, sudadera 'Pussycat', el bolso acolchado y metalizado en verde y rojo y la estrella de su look: ese pasamontañas con inspiración de lucha libre mexicana, con pedrería adornando las orejas. El estilismo perfecto para pasar desapercibida en Coachella. O no.
Fotos | @badgalriri, Imaxtree.
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