La atleta de élite especializada en la prueba de triple salto y ganadora de una medalla de bronce en los últimos juegos olímpicos, Ana Peleteiro, fue mamá por primera vez a finales de 2022 y en el pasado mes de febrero volvió oficialmente a los entrenamientos para prepararse de cara al campeonato mundial de atletismo que se celebra en Hungría el próximo mes de agosto.
Apenas unas semanas después de tener a su hija Lúa pisó el gimnasio y la deportista, que siempre ha sido muy honesta en sus redes sociales, como con su alegato en favor de la salud mental, y en declaraciones a prensa, nos mostró lo que supuso para ella esta vuelta. Desde aquí nos duelen sus caras de sufrimiento.
En esta ocasión la gallega ha hecho de nuevo un alarde de sinceridad tratando el tema del posparto, muchas veces silenciado o idealizado por influencers y celebrities que parece que se recuperan de un día para otro sin esfuerzo como si no hubiera pasado nada en todos los sentidos: a nivel físico, emocional, familiar...
"Hoy me voy a exponer como nunca y a abrirme en algo que nunca antes os había comentado por redes. Desde del nacimiento de Lúa, me costó muchísimo volver a mirarme al espejo…", comienza Ana Peleteiro en el texto que acompaña a este carrusel con diferentes imágenes y vídeos en Instagram, donde al igual que en TikTok cuando hizo este challenge viral, se desenvuelve a las mil maravillas como buena millennial.
En él retrata su realidad como madre, como mujer y como deportista, una profesión en la que además se detectan muchas veces casos del trastorno de la dismorfia.
"Falta de sueño, subida de la leche, estrés, kilos de más que hacían que no reconociera mi propio cuerpo… Y cientos de sentimientos que crearon en mi inseguridades, dudas y un poco de tristeza", continúa la atleta.
(...)
"Y sí, dudé muchísimo de mí, pero de repente un día dejé de hacerlo y empecé a quererme, respetarme y a sentirme orgullosa de todo aquello que mi cuerpo había creado. Y fue entonces cuando todo, en un abrir y cerrar de ojos, empezó a volver a su ser".
"Y aquí estamos hoy tres meses y medio después, volviendo a sentirme yo misma, que no la de antes, porque esa Ana nunca jamás volverá (gracias a Dios), orgullosa de haber pasado por todas las fases y orgullosa de haber aprendido una vez más que el cuerpo de la mujer es MARAVILLOSO".
Así concluye la medallista olímpica, dándole visibilidad a un tema que muchas veces sigue siendo tabú o que se glamouriza de forma excesiva sometiendo a las madres y futuras madres a unos supuestos estándares totalmente inalcanzables e incompatibles con el estilo de vida que hoy en día impera.
Foto | Gtres
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