Con la ruptura de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, llegó el momento de releer toda la obra del Premio Nobel ya que muchos expertos aseguran que suele ser autobiográfica. Nos entró la casualidad por saber algunos aspectos de la intimidad de la pareja, aunque quién nos iba a decir que acabaríamos encontrando aspectos tan personales como detalles de "la pichula" del literato o los problemas para consumar de la "reina de corazones".
“Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ahora ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí. ¿Por qué sigo diciendo 'pichula', algo que no dice nadie en España?”, empieza escribiendo el escritor en el relato 'Los vientos' que Vargas Llosa escribió en el suplemento de 'El Periódico de España' que reflejaría aspectos de su relación con la Preysler.
En estas líneas que abrirían la puerta de su alcoba durante los últimos 10 años, Mario ya no solo se habría mostrado crítico con su miembro viril, sino también con las facultades de Isabel Preysler para mantener relaciones íntimas con él ya que, según se puede leer, la madre de Tamara Falcó requeriría de "ayuda química".
“Tampoco imaginamos nunca que fuera tan común que las gentes llegaran a vivir cien años, y, sin embargo, ahí estamos buen número de bípedos para demostrar que no era inalcanzable. Y, sobre todo, que hombres y mujeres pudiéramos durar tanto conservando la lucidez y disfrutando de la vida, incluido el sexo. No hablo por mí, claro, pero mucha gente que debe de tener mi edad, más o menos, disfruta todavía haciendo el amor, aunque yo no forme parte de ella (La última vez que hice el amor sin ayuda química fue hace unos diez años, creo, o por ahí, me parece)”, continúa escribiendo en los versos en los que revela este aspecto tan privado de la vida de Isabel Preysler.
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