Corría el año 2002 cuando 'Gran Hermano' nos deleitaba con su cuarta edición y conocíamos al gran Pedro Oliva. El participante, de 33 años y un apasionado del mundo rural, se metió al público en el bolsillo gracias a su don de gentes y a la naturalidad que lo caracterizaba. Y no exagero, ya que se salvó de tropecientas nominaciones y logró alzarse como el ganador del concurso.
Ojo, que el zaragozano no perdió el tiempo durante su andadura en el programa. Me refiero a que cayó rendido ante Inma González y protagonizó una consolidada historia de amor que perduró muchos años después de su victoria. Hubo boda, una hija en común y, lamentablemente, una ruptura.
Y es que Oliva, quien también concursó en 'Supervivientes' y fue expulsado en segundo lugar, y González pusieron fin a su matrimonio en 2019. Fue ella la que se pronunciaba sobre la separación, la cual se produjo tras 17 años de relación, a través de unas declaraciones para 'Socialité'.
En el programa presentado por María Patiño, Inma desveló que llevaba una racha muy mala con Pedro, siendo el origen de ésta el fallecimiento de su padre. Además, la televisiva hizo alusión a cuánto le pesaba el hecho de separarse de su familia cuando decidía mudarse a Aragón para vivir junto a Oliva.
Por otro lado, fue en agosto de 2023 cuando el aragonés se sentaba en 'La vida sin filtros', espacio de Telecinco conducido por Cristina Tárrega, y afirmaba que actualmente ejerce de auxiliar administrativo. Además, Oliva advertía de que se llevaba de maravilla con Inma, a la que definió como la mujer de su vida, y le agradecía que le diera a su verdadero amor: su hija Paola.
Fotos | Telecinco
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