Qué bien le va todo a Joaquín Sánchez desde que se jubilara del Betis el año pasado. Y es que ha demostrado que vale y mucho en televisión conduciendo espacios como 'Joaquín, el novato', 'La penúltima y me voy' y, de últimas, 'Emparejados', un dating show de Antena 3 donde él y Susana Saborido ayudan a un ejército de solteros a encontrar el amor.
En el terreno romántico, el gaditano está servido. Su historia de amor con Saborido comenzó hace dos décadas cuando un amigo en común les presentó. De hecho, a ella no le cayó nada bien de primera hora. Así lo confesó en una entrevista en 'Mi casa es la tuya: "Le veía muy espabilado, yo decía 'este me va a coger y me va a soltar'", rememoraba en el programa de Bertín Osborne.
Finalmente, Joaquín y Susana tuvieron una primera cita y pasada por agua. Literalmente hablando: "Llevé cinco botellas de agua para quedar bien. No sé por qué me dio por ahí. Compre tres o cuatro botellas de agua para decir: 'Es que los deportistas bebemos mucha agua'. ¡Y me tuve que beber toda el agua! Me tiré toda la noche en el baño y cada vez que quería atacar, me entraban ganas de ir al baño", exponía el futbolista en Telecinco.
La relación cuajó, y en 2005, Sánchez y Saborido se casaban con El Puerto de Santa María como paisaje. Por otro lado, el matrimonio tiene dos hijas en común: Daniela (16) y Salma (13), con las que el andaluz comparte estos vídeos en TikTok. Pero, ¿qué fue lo que enamoró a Joaquín de Susana? Pues algo, cuanto menos, inesperado.
Según afirmó el bético durante la emisión de 'Emparejados', los tobillos de su esposa fue en lo primerito en lo que se fijó de ella: "Me enamoré de mi mujer entera, pero de sus tobillos", admitía el gaditano en su programa.
Fotos | Gtres, Antena 3 e Instagram de @joaquinarte
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