El contexto condiciona cualquier desfile, partiendo del simple hecho de hacer ganas para ir hasta el final a la hora de percibir los diseños sobre la pasarela con las modelos. Alvarno se salen de ese cauce español aferrado a IFEMA como fortín inamovible en una ciudad en la que sobran edificios y espacios abiertos en los que lograr hacer crecer a las propias composiciones buscando la teatralidad que tan poco se trabaja por aquí.
La imponente Torre de Cristal de Madrid, al final del Paseo de la Castellana, justo al lado del Hospital La Paz y conocida como una de las cuatro torres de Florentino Pérez, presidente del grupo ACS y del Real Madrid C.F., era el enclave elegido para presentar la próxima colección Otoño-Invierno 2013/2014 de Alvarno, concretamente en la plata 49 de dicho rascacielos.
Los diseñadores Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, a quienes entrevistamos hace unos días, seguían dando pasos de gigante al contar por primera vez con los zapatos Manolo Blahnik en un desfile de una marca española aunque este triunfo seguro que no fue celebrado de igual manera por las modelos que desfilaron por delante de unas espectaculares vistas nocturnas desde aquella privilegiada planta madrileña. Los vertiginosos tacones del diseñador español asentado en Londres peligraban los tobillos y las modelos por momento parecían estar recorriendo el Jarama más que una pasarela. Unos zapatos de salón ideales a los ojos, con unas puntas muy afiladas, ya sea en negro, dorados, metalizados o rojos pero que condicionaron, como es lógico, el desfile.
De cara al próximo invierno Alvarno busca una idea de moda más cercana a su posible público. Se nota en el gusto por la tradición de grandes como Yves Saint Laurent en conjuntos tradicionales en blanco y negro estaba presente en la apertura de su colección, todo ello con generosos puños XXL y cortes rectos que convertían en las chaquetas en lo principal de dichos looks.
La corrección de una colección tiene en las pieles de Santiago Palacio una salida más vistosa y lujosa con grandes acabados en abrigos cortos que en mi caso nunca llegaré a poder entender cómo transmiten tales sensaciones cuando en mi caso son las contrarias. Prefiero la idea en metalizado de los abrigos de con destellos multicolores y contraste en los puños. Diseño que también se extendió a los vestidos, los cuales mantienen las figuras de las bandas laterales de moda para estilizar las curvas femeninas.
Pequeños toques de color en un invierno Alvarno donde el negro se convierte en dueño y señor de los colores, dejando a otras bocanadas más alegres en la estocada, salvo dos excepciones en rojo pasión en forma de vestido, con uno de ellos complementado con cinturones oro diseñados por Ana Graciela, al igual que en muchos de los diseños que nos mostraron, quien también adornó los cuellos de las modelos en oro.
Al final del desfile yo encontré mi parte favorita de Alvarno (al igual que en las espaldas de los vestidos, que me encantaron), donde la firma se volvió más festiva y el brocado traía a colación a una mezcla de Alexander McQueen y Dolce&Gabbana para poner cierre a un desfile cuyo vestido estrella era al contrario de todo lo visto antes: en blanco, largo, con la parte superior de gasa y una apertura muy sexy también establecida en anteriores diseños.
Alvarno pisaron suelo en un piso 49 de la querida ciudad madrileña, siguiendo por libre y evitando algunos diseños más visuales que efectistas, lo que también se echó en falta pero no se puede tener todo en un momento dado. Son fases y como tal, hay que esperar a la siguiente.
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Fotos | Alvarno
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