Elisa y Marcela: cinco razones para enamorarte de la película de Netflix sobre el primer matrimonio de dos mujeres en España

Netflix no quiere que el cine de autor sea solo cosa de pequeñas salas de cine. Quiere hacerlo llegar a cualquier rincón del planeta. Por eso apostó por Roma el pasado año, y hasta conquistó la gala de los Oscars con 10 nominaciones (de las que se llevó tres, incluida la de mejor director).

Ahora le toca a España hacer acto de presencia en este tipo de género dentro de Netflix, y la historia elegida es la de Elisa y Marcela, las dos primeras mujeres que lograron contraer matrimonio en España cuando el matrimonio homosexual aún no estaba permitido.

No esperes una película acelerada, ni plagada de acción. Es más un paseo lento y pausado, con calma (en ocasiones excesiva), con planos largos y poéticos. Después de verla despacio y con paciencia, tenemos cinco razones que pueden ser claves para que tú también te enamores de Elisa y Marcela, lo nuevo de Isabel Coixet para Netflix

La fotografía en blanco y negro

Es innegable que la fotografía de esta película es maravillosa. El blanco y negro ayuda (casi siempre lo hace) a que la luz se aproveche más y mejor y aporte una textura especial al film, una calidez y a la vez una tristeza que con el color puede escaparse entre los dedos. 

En Roma ocurría lo mismo, ese blanco y negro era parte fundamental de la película. Era una de las razones de que la ternura estuviera tan presente, de que fuera tan vívida y de que se mezclara con tanta claridad con la pena, con la oscuridad. 

Las protagonistas, Natalia de Molina y Greta Fernández

Ambas están increíbles. En los primeros (primerísimos) planos, en las escenas más eróticas, en las miradas, en los silencios. Las dos actrices son lo mejor de una película rodada con un gusto fotográfico increíble, que con las interpretaciones de ambas, se crece. Sin duda Natalia de Molina y Greta Fernández son un diez. 

Las cartas

No forman parte de la historia real, y curiosamente, tampoco del guión adaptado como tal. Son maravillosa aportación de las dos actrices protagonistas. En un ejercicio en el que Isabel Coixet buscaba que entendieran más la relación de la pareja de Elisa y Marcela, les mandó escribir unas cartas y tanto gustaron, que han terminado formando parte de la película tal y como confesaron a Sensacine

La historia de amor real en que se basa

La realidad supera en muchísimos casos a la ficción. En este caso, conocer la historia de Elisa Sánchez Loriga y Marcela Gracia Ibeas es el motivo más potente que encontrarás para ver esta película. Dos mujeres gallegas que a finales del XIX se conocieron y se enamoraron, y que a principios del siglo XIX hicieron historia. Y merece mucho la pena que sea escuchada.

Elisa y Marcela no es una película perfecta, en ocasiones abusa de la poesía y deja de lado una realidad que nos habría gustado ver. Pero sí es una película necesaria. Un símbolo de la comunidad LGTBI que nos muestra la historia de dos mujeres valientes que luchan en un drama romántico en toda regla. 

Foto | Elisa y Marcela (Netflix)

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