Cada vez los vemos más. Las cantantes y famosas enloquecen por los looks efecto desnudo. Y detrás de ellos hay un diseñador español de 27 años: Sergio Castaño Peña, el alma mater de Syndical Chamber.
Todo empezó con el mono con el que Nathy Peluso perreó hasta abajo en su tour Calambre. Al poco tiempo, Lola Índigo no pudo resistirse y se hizo con una versión en fucsia divina. Le siguió Cristina Pedroche con una versión en vestido.
Y Chanel ha sido la última en escoger la marca. Su vestido efecto mojado en la presentación del videoclip de SloMo era una maravilla y también estaba firmado por Sergio. ¿Son estás suficientes pruebas para hablar de marca de moda) Creo que sí. Si cuatro divas como estas la escogen no hay más que hablar.
Sobre todo porque, maravilla, Cardi B también es fan.
Pero no es, ni de lejos, la última en el panorama internacional, Bebe Rexha, Eleni Foureira y Iggy Azalea, también adoran sus estampados efectos visuales.
Y es que Syndical Chamber ha revolucionado el sector. Su propuesta bebe de Gaultier, Margiela y Schiaparelli, pero es una de las más originales que habíamos visto en mucho tiempo y funciona. De alguna forma lucha contrá el tabú del desnudo y la censura y transmiten empoderamiento.
Sus modelos fabricados con poliamida reciclada y elastano (licra) sientan como un guante. Esto es fruto de su diseño y patronaje. Ha conseguido la calidad perfecta para que sea transpirable y no blanquee al estirarse perdiendo saturación de color. Además, los tirantes que utiliza son una pasamanería tradicional que permite adaptar los looks a quien los luce para encajar la segunda piel.
Los colores son otro de sus factores del éxito. En una industria sobresaturada, los tonos vibrantes cautivan.
Nacido en El Prat del Llobregat y asentado en Londres, Sergio Castaño ha trabajado para firmas como Desigual y Vetements y, tal y como ha contado a I-D, procura ignorar los cánones de la sociedad. Su propósito es conseguir algo loco, surrealista. Él trabaja con materiales reutilizados porque le parece más divertido y es, además, más sostenible. Y lo más alucinante es que para sacar adelante este proyecto que le está llevando al éxito solo contó con 50 euros.
Los vestidos están a la venta por 400 euros aproximadamente.
Fotos | Instagram, Gtres