La lavadora es como el cerebro, solo usamos un pequeño porcentaje de todo su potencial. Y es que la mayoría conocemos dónde tenemos que echar el detergente y el suavizante, nos ceñimos casi en automático a unos programas determinados de lavado y poco más. Además, los programas más populares suelen ser aquellos que lavan la ropa en frío o entre 30 y 40 grados. Sobre todo, por el ahorro de energía que suponen. Sin embargo, un técnico advierte sobre los peligros de abusar de este programa.
Los lavados a altas temperaturas suelen reservarse, en muchos hogares, para ocasiones puntuales. Como cuando hay manchas más persistentes. Sin embargo, según le explicó un técnico a nuestro compañero Jose Antonio Carmona, lavar de manera constante en un rango de temperaturas bajas es un error. El problema es que no solo afecta la limpieza de la ropa, sino también al estado interno de la lavadora.
Estos se explica porque, al no utilizarse temperaturas más altas de forma regular, la máquina no tiene la oportunidad de autolimpiarse adecuadamente, acumulando residuos de detergente, suavizante y suciedad en el tambor. El calor del agua es fundamental para eliminar residuos. Por ello, este técnico recomienda usar el programa de limpieza del tambor de manera periódica.
Este programa de limpieza no sería necesario si se utilizara con más frecuencia lavados a 60 ó 90 grados. Así que, aunque estos ciclos sean más intensos, se aconseja ejecutarlos de vez en cuando para evitar la acumulación de residuos y cal en el interior de la máquina.
Además, según el técnico, lavar a 60 ó 90 grados no supone un gasto energético tan elevado como nos pensamos. Esto se debe a que el agua alcanza estas temperaturas solamente en una fase del ciclo, justo cuando se mezcla con el detergente y el suavizante, optimizando así su uso.
Foto de portada | Sarah Chai
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