Tener un jardín frondoso y floreado todo el año puede parecer un sueño imposible de cumplir, sin embargo, para eso están los árboles y arbustos de hoja perenne. Sobre todo, hay un arbusto de dos metros que es uno de los favoritos de los jardineros porque garantiza un precioso vergel durante casi todo el año.
Se trata de la Polygala myrtifolia, una planta de origen sudafricano que se caracteriza por tener unos bonitos racimos de flores color malva. Su hojas, por otro lado, crecen muy ramificadas y formando un denso follaje de color verde que contrasta con las flores violetas. De hecho, el conjunto, se asemeja a la apariencia de una mariposa.
Aunque no son sus únicas bondades, porque también tolera el aire del mar y soporta el viento, lo que la hace apta para jardines costeros. No obstante, lo mejor es que florece desde la primavera hasta los primeros días del invierno. Aunque, en algunas regiones en las que se dan las condiciones, lo hace durante todo el año. En cualquier caso, estamos hablando de que esta planta garantiza diez meses de floración.
Lo único que tenemos que hacer para tenerlo en casa es proporcionarle las condiciones adecuadas. Para empezar, es necesario colocarlo en un lugar soleado o ligeramente sombreado, porque la Polygala myrtifolia necesita sol para poder florecer en abundancia. Además, debe estar protegida del viento y plantada en un suelo que sea ligero, bien drenado y sin exceso de humedad.
Si vives en zona de inviernos suaves, es preferible que la plantes en primavera o en otoño. Para ello, hay que cavar un hoyo dos veces más ancho que el cepellón, mezclar arena o grava en el suelo en el caso de que sea necesario para mejorar el drenaje y regar bien después de plantar.
Eso sí, quienes vivan en climas más fríos, deben optar por cultivarla utilizando un recipiente con orificios de drenaje, además de un sustrato ligero, como una mezcla de tierra para macetas y arena. En invierno, para protegerlo de las heladas, lo mejor es trasladar una planta a una terraza o incluso a una habitación que sea fresca y luminosa.
En lo que respecta al riego, es importante hacerlo regularmente durante el primer año porque favorecerá su enraizamiento. Luego, una vez que ya esté bien establecida, se pueden espaciar los riegos. Por último, si hiciera falta una poda para darle forma, conviene que se haga al final del invierno, aunque esté en flor, y que esta sea ligera.
Foto de portada | Pxhere
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