Érase una vez una dama de llaves que residía en el castillo de Manderley, el de la película Rebeca de Hitchcock. Su figura vagaba cada noche por las estancias del castillo intentando amedrentar a la nueva señora, y lo hacía con un vestido monjil de pies a cabeza sin corte ni gracia. En una de esas noches se topa con la niña tirolesa cuyo fantasma residía allí desde hacía siglos. No no es cuento, es lo que me viene a la cabeza contemplando la presentación de Ginger & Rosa.
De forma menos novelada, ¡qué espanto! ¿Quién le ha dicho a Elle Fanning que un estilismo de institutriz casaba con un pelo venido del Tirol?
¿Y a Christina Hendricks, con lo espectacular que es esta mujer, que ese vestido se complementaba bien con unos botines Mary Poppins y más aún, que le sentaba bien?.
Fotos | Gtres
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