Los padres reciben muchos consejos sobre cómo criar a sus hijos y controlar sus interacciones con la tecnología, pero son demasiado contradictorios. Ahora una nueva revisión ha dado con las claves para hacerlo
La relación entre los niños y la tecnología y cómo esta afecta a su crianza es compleja. Por un lado la generación Alfa es la primera nativa digital. Por otro lado, hay expertos que afirman que hay que limitar el uso de los móviles a nuestros hijos. Todos los padres están preocupados por los niños y las pantallas, o la gran mayoría para no ser tan categóricos.
Límites, supervisión, controles de seguridad, comunicación y confianza… son los consejos que dan desde la Asociación Española de Pediatría para que los niños hagan un buen uso de las pantallas. Pero si echamos un vistazo a diferentes investigaciones la cosa no está tan clara. De hecho es realmente confusa porque hay quien dice que no son tan malas, hay quien las demoniza y hay quien sugiere que los niños deben regularse solos.
Pantallas, niños y padres confundidos
Varios estudios sociológicos sugieren que los niños pasan mucho tiempo delante de las pantallas, también en las aulas. Volvemos a la diversidad de opiniones porque este estudio del Ministerio de Educación y Formación Profesional sugiere que su uso en las aulas fomenta la búsqueda de información, la curiosidad y ofrece un aprendizaje más interactivo. Y este estudio de la Facultad de Medicina de Stanford analizó la salud mental y física y el rendimiento escolar de niños que recibieron teléfonos a diferentes edades y no encontró ninguna diferencia.
Sin embargo la tecnología parece estar relacionada de algún modo con la crisis de salud mental de los jóvenes, porque la salud mental comenzó a decaer justo cuando los teléfonos inteligentes y las aplicaciones sociales despegaron. La psicóloga americana Jean M. Twenge, que lleva 30 años investigando las diferencias generacionales, explicaba en The Atlantic ya en 2017 que la llegada de los smartphones “ha cambiado radicalmente todos los aspectos de la vida de los adolescentes, desde la naturaleza de sus interacciones sociales hasta su salud mental”. Más cosas que circulan, por ejemplo la afirmación de Jonathan Haidt, psicólogo de la Universidad de Nueva York y autor de ‘Anxious Generation’ de que se deberían prohibir las redes sociales antes de los 16 años.
Otros expertos dicen que asumir un papel demasiado activo en la gestión del tiempo que pasan nuestros hijos frente a las pantallas les priva de la oportunidad de aprender a gestionarlo por sí mismos. Y un riguroso estudio de la Universidad de Oxford que usó datos de unos 350.000 jóvenes descubrió que el tiempo que pasan frente a una pantalla no perjudica en absoluto a los niños.
Siento decirte que no existen consejos definitivos sobre los niños y las pantallas y que en una búsqueda rápida en Google vas a encontrar de todo. Entonces como padres, ¿cómo es conveniente actuar? Para responder a esta pregunta se ha realizado recientemente una revisión de más de 100 estudios con algunas recomendaciones respaldadas por datos en las que los padres pueden, al menos, apoyarse para criar a sus hijos. Te las contamos porque los estudios individuales pueden no ser útiles por separado, pero si se juntan cien de ellos y se buscan resultados consistentes, se puede obtener un mejor resultado.
Los investigadores analizaron a más de 100.000 niños pequeños de todo el mundo gracias a la centena de estudios revisados solo para encontrar puntos en común que pudieran aportar algo de luz a tanto caos informativo. Gracias a la investigación han desgranado cuatro sugerencias respaldadas por la ciencia sobre cómo los padres pueden ayudar a los niños pequeños a usar las pantallas de maneras que promuevan la salud y el desarrollo.
Cuatro recomendaciones prácticas para enseñar a los niños a usar las pantallas
Juntos es mejor
El llamado co-uso o la co-visualización, que consiste en que padres y niños hagan un uso juntos de las pantallas, es beneficioso para las habilidades de pensamiento y razonamiento de los niños, especialmente el desarrollo del lenguaje. Eso sí, como padres tenemos que participar de forma activa como explican los coautores del estudio. Es decir, preguntando a los niños, tratando de iniciar una conversación con ellos. ¿Por qué crees que ha pasado esto? ¿Cómo crees que se siente Fulanito después de esto otro? De esta forma los niños pequeños aprenden a identificar y verbalizar desde emociones a situaciones que luego podrán extrapolarse a la vida real.
Elige un contenido apropiado para su edad y que fomente el juego
Es evidente que no todo el tiempo que pasamos delante de una pantalla es malo, pero el contenido puede influir en el desarrollo y el comportamiento del niño. “Nuestra investigación encontró un vínculo entre los niños que miran contenido inapropiado para su edad y habilidades y comportamientos sociales deficientes”, explicaban.
Para evitar que esto ocurra, evidentemente si hablamos de niños pequeños los contenidos violentos o para mayores están descartados, pero para elegir bien y más allá de eso, es necesario que los padres busquen “experiencias de pantalla de alta calidad y con un propósito” para sus hijos. ¿Cómo? Con unas simples preguntas: ¿Para qué edad o etapa de desarrollo está diseñado el contenido? ¿Promueve el aprendizaje y el desarrollo? ¿Estimula el juego imaginativo y la creatividad en el mundo real? ¿El contenido tiene mensajes sociales positivos? ¿Fomenta el movimiento, como bailar al ritmo de la música?
Cuidado con tu uso de la tecnología durante las interacciones
Antes de seguir leyendo te invito a reflexionar sobre el uso que tú das a la tecnología. ¿Usas el móvil durante el desayuno juntos? ¿Véis la tele en casa mientras cenáis? La tecnología es accesible 24/7 a día de hoy y para todos, no solo para los niños. “En ocasiones, las pantallas de los padres pueden interferir en las conversaciones y las conexiones entre ellos y sus hijos”, explican los coautores de la investigación. Es más, aseguran que “los niños mostraron mejores habilidades sociales, mejor comportamiento y mejor capacidad para regular sus emociones cuando los padres evitaron el uso de pantallas durante interacciones y rutinas como las comidas familiares”.
No tengas la televisión encendida de fondo
Es algo que pasa en muchas casas. La tele está puesta sin que nadie la vea y en ocasiones sin saber ni lo que está sonando de fondo. Es más, entono el mea culpa porque soy de las que hace cosas mientras ve series “de fondo”. Pues es un error porque los niños aprenden de su entorno y la televisión de fondo puede desviar su atención del juego y el aprendizaje. “Nuestra investigación descubrió que los niños tenían mejores habilidades de pensamiento, razonamiento y lenguaje cuando había menos televisión de fondo en el hogar”, afirmaban en sus conclusiones. Tiene fácil solución porque si no la estás viendo activamente solo tienes que apagarla. Además, hay menos conversaciones entre padres e hijos cuando hay una tele puesta, así que puede servirte para hablar más con tus hijos y aumentar así vuestro vínculo.
Fotos | Kelly Sikkema en Unsplash, Kelly Sikkema en Unsplash, Alexander Dummer en Unsplash
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