Los perros y cualquier otra mascota son un miembro más de la familia. Cuando llega el momento de su pérdida, nos enfrentamos a un duelo y a una situación complicada. Si el perro fallece en el veterinario, él se encarga de todas las gestiones, pero si fallece en casa, hay que estar bien informado de todos los pasos que hay que seguir.
Lo más habitual es llamar al veterinario de confianza, recoger el cuerpo de tu mascota y llevarlo a la clínica veterinaria, ya que suelen tener un espacio en el que pueden conservar el cadáver del canino durante varias horas hasta su incineración. Si el perro fallece en la clínica, ellos se encargan directamente de todo el proceso.
Comunicarlo en el registro de identificación
Desde el punto de vista legal hay que dar aviso a los registros de identificación. El animal estaba inscrito en esta base de datos y sin la comunicación del fallecimiento no podrán darle de baja. Los trámites son sencillos. Simplemente dar de baja el microchip de la mascota (son 15 dígitos) y así queda registrado su fallecimiento en la base de datos.
Cada comunidad autónoma dispone de su propio registro de identificación animal. Por ejemplo el de la Comunidad de Madrid, donde habitan más de 280.000 perros, la identificación de perros y gatos tiene carácter obligatorio, y facilita el control, recuperación de animales perdidos, control sanitario, así como estudios estadísticos y epidemiológicos.
Incineración individual y colectiva
En España, la ley prohíbe los enterramientos de animales en lugares no autorizados y también los "deshechos descontrolados". Por eso, tienes que elegir si deseas una incineración individual o colectiva.
La incineración individual es algo más cercana, dentro de la situación. Existe una gran variedad de crematorios de animales que se encargan de recoger la mascota en el domicilio o en la clínica veterinaria. La incineración dura unas tres horas y lo normal es que puedas estar presente si así lo deseas.
Lo habitual es que posteriormente te entreguen una urna con las cenizas y un certificado de dicha incineración individual. Su precio oscila entre los 200 y 300 euros. Además, algunas empresas ofrecen servicio de tanatorio, habilitando una sala para el que es un miembro de la familia más.
La incineración colectiva es la más 'fría'. La gran mayoría de los Ayuntamientos tienen servicios de retirada de animales muertos, es decir, los funcionarios acuden al domicilio o clínica y se hacen cargo del cuerpo del perro que es posteriormente trasladado a un centro de incineración colectiva. En este caso, no te devolverán ni urna ni cenizas.
Cementerio para animales
En España hay pocos cementerios de animales: El Último Parque, en Madrid; Sena, en Valencia; Última Llar, en Tarragona; y El Cementerio de Pequeños Animales, cerca de Barcelona. Cuatro cementerios donde hay que entregar el certificado del veterinario indicando que el canino no ha fallecido por alguna enfermedad contagiosa, ya que en estos casos, el cadáver tiene que ser incinerado para que no pueda transmitir la enfermedad.