Hablar de maternidad es saber que cada una de nosotras, como mujer, es completamente distinta a las demás y esa debe ser la premisa de toda madre. Un tema que estaría bien recordar una y otra vez, especialmente cuando se reciben comentarios sentenciadores por parte de personas a las que queremos (y mucho).
Ay, qué fácil es juzgar. A lo largo de la historia, las madres han tenido que lidiar con ello y enfrentarse a críticas hirientes, muchas veces camufladas con mensajes tipo 'te lo digo por tu bien' o 'yo que tú lo haría así'. Mensajes que suelen llegar por parte de la madre, la suegra o la amiga de turno... Como si la maternidad estuviese recogida en una Biblia de verdades absolutas.
Se opina de todo y sobre todo. Así es como se sienten muchas mujeres que, tras escuchar ciertos comentarios constantes, se han dado cuenta de lo importante que es ser una misma durante todo este proceso y aprender a poner límites a todas esas opiniones o críticas feroces que tanto duelen (aunque aparentemente estén hechos con toda la buena intención del mundo).
La maternidad es única y diferente
"Durante la maternidad, la mujer tiende a ser muy vulnerable, se siente desbordada y en consecuencia suele guiarse por referentes que ya han pasado por esa situación", explica la psicóloga Eva Menéndez.
"Suelen ser personas a quien tenemos en gran estima. El problema viene cuando tomamos al pie de la letra todo lo que nos dicen, olvidando que cada bebé y cada madre tienen circunstancias diferentes. Al igual que no es comparable la época de la vida que a cada una le ha tocado vivir", añade.
Silvia Díaz, periodista especializada en maternidad y crianza en Bebés y Más, nos cuenta que "a 'ser madre' nadie te tiene que enseñar, sino que vamos aprendiendo con el tiempo, el instinto y la experiencia".
"No hay dos maternidades iguales, de ahí que lo que pueda funcionar con un niño no tenga por qué funcionar con otro. Por eso, los consejos no pedidos dañan la confianza de las madres, no tienen porqué funcionar con su bebé y, sobre todo y más importante, acallan su instinto", asegura la experta.
Juicios de valor, el peligro de los 'opiniólogos'
"El tema de los 'opinólogos', como yo los llamo, es lo que más daño puede hacer a una madre primeriza. Si no he pedido opinión, por favor, no me la den. Porque ya bastante agobiada estoy yo con intentar que este bebé salga a flote, que esté bien alimentado, que esté bien, que no llore y que no grite, como para que encima alguien me venga a dar una opinión que no he pedido", confiesa Cuca (33), madre de un bebé de siete meses.
"A mi madre se lo expliqué desde el principio y lo entendió. Pero con mi suegra me sigue costando mucho. Hemos llegado a tener problemas porque se mete demasiado en mi vida. Opina sobre todo. Que si le estaba dando mal el pecho, que si el bebé no dormía demasiado, sabía hasta por qué lloraba mi hijo y al parecer yo no. Después de pasarme horas intentando dormirle, ella llegaba y le despertaba porque quería tenerlo en brazos. Podemos llegar a ser muy egoístas sin darnos cuenta. Si no se lo consiento a mi madre, imagínate a ella. Nuestras madres y suegras deben aprender a no invadir, a querer sin chantajes emocionales", dice Elena (36), con un niño de un año.
Todo el mundo va a opinar
"Mi madre me lo avisó. Me dijo que no me preocupase porque todo el mundo iba a opinar y que partiese de esa base. Te hacen sentir que lo estás haciendo todo mal. Y dan ganas de decirles que se callen porque ellas también aprendieron andando. Tienes la sensación de que todo el mundo sabe de todo menos tú", confiesa Elisa (31), con dos niños pequeños.
"Lo suele hacer la gente con la que más confianza tienes. Yo viví una situación surrealista con las hermanas de mi pareja. Fue una discusión absurda. Lo hacían con buena intención pero yo en el fondo estaba pensando que las quería mandar a paseo. Y me fui con un cabreo tremendo".
Poner límites (un tema complejo y delicado)
La psicóloga Eva Menéndez sostiene que es fundamental rebelarse contra comentarios gratuitos que lo único que hacen es entorpecernos por el camino. Especialmente cuando se es madre primeriza y te sientes súper insegura. "La opinión, incluso a veces la imposición, puede llegar a generar un estrés en la madre que repercutirá también en el bebé. Si no tomamos cartas en el asunto desde el principio, podría convertirse en una dinámica habitual", explica.
"Cómo poner límites es un tema complejo y delicado, especialmente cuando se trata de la propia familia y cuando además eres madre primeriza (creo a partir del segundo hijo las cosas se llevan de otro modo)", recoge Silvia. La educadora y periodista sostiene que por no herir sentimientos de personas allegadas, hay madres que deciden callarse y aguantar críticas y juicios sobre la crianza de sus propios hijos, y eso hace mella.
Apoyarse en la pareja
Por eso, desde Bebés y Más nos recomiendan apoyarse en la pareja. "Hay que expresarle lo que sientes y cómo te gustaría que la familia y amigos comunes se comportaran con respecto a la crianza de vuestro hijo (si quieres que se mantengan al margen, si te duelen ciertos comentarios, si prefieres que no opinen de nada, si te da igual que opinen de otros...). Es decir, hacerle partícipe de las cosas que realmente te desgastan o molestan para no 'quemarte' con batallas que quizá te dan más igual", asegura Silvia.
En este sentido, la pareja debe estar al tanto de todo y echar una mano siempre que pueda dejando las cosas claras a la persona que enjuicia o critica, porque quizá en esos momentos a la madre le pille "baja de moral" y no sepa cómo reaccionar.
Desahogarse con la tribu que cada una elija
Aunque este tipo de comentarios puedan dañar mucho la confianza en una misma y la autoestima, cuando hablamos de crianza, Silvia Díaz advierte: "Con esto no quiero decir que las madres no necesiten una tribu en la que apoyarse, en la que buscar consuelo y desahogo, y en la que encontrar maravillosos consejos que pueden funcionarle. Pero es fundamental que esa tribu la elija la propia madre, rodeándose de otras madres que tienen su misma visión y postura con la crianza, y sobre todo que sean respetuosas y empáticas con ella y su maternidad".
Pedir ayuda profesional
En cualquier caso, la especialista en maternidad y crianza sostiene que es fundamental pedir ayuda profesional cuando las cosas te superen o te sientas desbordada realmente por el entorno: "Porque 'desahogarse' con tu amiga o con quien quieras está bien, pero no te va a ayudar a solucionar el problema, y las críticas y juicios te van a seguir desgastando día tras día".
Fotos | Quédate a mi lado, La fuerza del cariño, La habitación, Como la vida misma, Embarazados, Mamma Mía, Big Little Lies
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