Si le preguntas a una madre primeriza qué necesita, no es que le digan cómo complacer a su marido, eso seguro. Aunque no es lo que piensan en Japón, en la ciudad de Onomichi, prefectura de Hiroshima.
La noticia surgía cuando internet se enteraba de que en la ciudad japonesa, las mujeres embarazadas llevaban años recibiendo consejos no solicitados de las autoridades locales a través de un documento oficial sobre cómo comportarse después de dar a luz. ¿Para cuidar al bebé o de su propio bienestar? No, consejos para madres primerizas con los que evitar “irritar” a sus maridos.
Todo surgió después de que en 2017 se realizara una encuesta pública a los hombres de la ciudad en la que se preguntaba por la nueva paternidad. Según el diario Chugoku Shimbun, la encuesta se hizo a 100 padres primerizos de la ciudad que afirmaron que la razón principal para tener esposa era la realización de las tareas del hogar. Empezamos mal, pero seguimos peor porque algunos de ellos comentaron que estaban molestos cuando su mujer estaba "irritada por razones desconocidas" o cuando "no podía hacerse cargo de las tareas del hogar" porque estaba ocupada cuidando al recién nacido.
Para solucionar el problema, al gobierno le pareció buena idea hacer un folleto que indicara a las mujeres cómo comportarse después de dar a luz. No por su propio bienestar o el de sus bebés, sino para evitar molestar a sus maridos. Machismo en estado puro.
Un documento oficial con consejos para no “molestar”
El documento es oro, te advierto, y comienza explicándonos que hombres y mujeres tenemos maneras diferentes de pensar y sentir. "Existen diferencias en la forma de sentir y pensar de hombres y mujeres. Una de las razones es la diferencia estructural en los cerebros de hombres y mujeres. Se sabe que los hombres actúan basándose en teorías, mientras que las mujeres actúan basándose en emociones".
Pero la mandanga buena llega cuando se avisa de que a los maridos y padres les gusta que las madres sean agradecidas con ellos, algo que ya te contamos que era indispensable si queremos que una relación funcione. Eso sí, no como piensas. El folleto pide que las mujeres agradezcan tareas básicas como cambiar los pañales a sus hijos o simplemente cogerlos en brazos. Porque eso de compartir tareas debe ser un regalo que los padres hacen a sus mujeres (ironía modo on).
No queda ahí, en ese comentario patriarcal también hay sitio para decir que es posible que irritemos a nuestro marido si nos ocupamos del bebé y no de las tareas domésticas, así que cuidado con no ser la mujer perfecta que sus hombres esperan que sean porque podría, según el folleto de marras, molestar. Pero tranquila, que te dan la solución para complacerles: darles masajes, prepararles la comida todos los días, ocuparse del cuidado de los niños y de las tareas domésticas, saludarles con un "bienvenido a casa" y tener siempre "una sonrisa en la cara".
Y un último consejo, madre primeriza: “no te frustres sin motivo”. Si tu pareja es un misógino de manual no querrás que se moleste por no cumplir con sus deseos. Todo esto aparecía en el documento oficial color rosa y con dibujos, porque machistas son, pero kawaii también.
Japón sigue siendo uno de los países con mayor brecha en igualdad de género
Después de leerlo me han entrado ganas de meterme en la ducha a llorar hasta que el machismo desaparezca de nuestras vidas, pero prefiero hablar alto y claro de todo lo que está mal en ese documento porque la manera de avanzar, es agitando el avispero y denunciando el machismo que aún existe.
Japón es uno de esos países atravesados de cabo a rabo por el machismo. Ocupa de hecho el puesto 125 de 146 países en el último Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial. Las mujeres ocupan solo el 10% de los escaños parlamentarios, por extraer alguno de los datos del informe, y aunque en el mercado laboral han aumentado las cifras en los últimos años, la igualdad de género está muy lejos de la existente en otros países. Solo el 12,9% de los puestos directivos están ocupados por mujeres, frente al 43% en Suecia, por ejemplo.
Esa visión patriarcal en la sociedad se hace patente no solo con este folleto. Lo vimos por ejemplo con Hakuo Yanagisawa, el que era Ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar, que un discurso en 2007 sobre la natalidad se refirió a las mujeres como “máquinas de procrear” y les recomendó quedarse en casa para cuidar de sus hijos como la solución perfecta a la falta de guarderías y centros infantiles.
No es el único. Los hay más recientes. En 2021, el jefe del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio dimitía tras decir que "cuando aumenta el número de mujeres ejecutivas, si su tiempo de palabra no se limita tienen dificultades para terminar, lo cual es molesto". Un comentario sexista del que intentó retractarse pero que terminó costándole el puesto.
O el caso de 2022 cuando una facultad de medicina de Japón tuvo que compensar a 13 estudiantes mujeres después de que las rechazaran tras juzgarlas en las entrevistas de ingreso de forma mucho más estricta que a los hombres.
Podríamos pensar que el documento oficial a las madres del que te hemos hablado es solo una polémica, pero es un suma y sigue en un mundo en el que el machismo sigue presente, algo que hemos podido comprobar en España después del injustificable comportamiento de Rubiales, por ejemplo.
Como el presidente de la Federación Española de Fútbol, el alcalde de Onomichi también ha pedido perdón con un comunicado. Yukihiro Hiratani publicó el martes una disculpa en la que explicaba que los folletos "no estaban en consonancia con los sentimientos de las mujeres embarazadas, las madres en edad fértil y otras personas implicadas en la crianza de los hijos, y causaron sentimientos desagradables a muchas personas". Y había dejado de distribuirlos porque "contienen expresiones que promueven actitudes y prácticas que estereotipan los roles de género", según el comunicado.
Akira Takahashi, jefe del departamento municipal de salud pública explicaba al periódico The Mainichi que los folletos "pretendían ser útiles para la crianza de los niños, pero su contenido alimentaba los roles de género".
Hiratani por su parte, añadía que el documento "va en contra de los sentimientos de las personas que crían niños, incluidas las mujeres embarazadas y las madres con recién nacidos, lo que ha ofendido a muchas personas", y terminaba ofreciendo “nuestras más sinceras disculpas".
En Japón la disculpa es todo un arte. La pena es que tengamos que seguir escuchando disculpas por algo que en pleno 2023 no debería ni pasar. En Japón hay mucho “oubaitori” para cuidar nuestra salud mental, pero seguimos en el siglo XIX en cuanto a igualdad.
Fotos | Rui Xu, kevin liang, Nathan Dumlao, Tim Bish y Kelli McClintock en Unsplash
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