Según un estudio presentado el 7 de septiembre en el congreso de la Asociación Europea de Arqueólogos (EAA) celebrado en Barcelona, la mitad de las arqueólogas españolas encuestadas han sufrido casos de acoso sexual en su trabajo. Estos datos son extraídos de un estudio realizado en España y que forma parte del movimiento #stopviolenceinarchaeology.
El informe, realizado de forma online por un grupo de arqueólogas afectadas por esta situación e impulsado por la Sección de Arqueología del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía, Letras y en Ciencias de Madrid, ha recogido datos tan alarmantes como que el 51% de las encuestadas (328 en total) se han sentido acosadas en algún momento de su trayectoria profesional y que en el 81% de los casos el acosador tenía un puesto por encima de la acosada.
El 14% de las encuestadas afirmó “no saber” si había sufrido alguna situación de acoso, lo que una de las organizadoras de la campaña #stopviolenceinarchaeology afirmó como “uno de los problemas”. Según la organizadora “tenemos tan interiorizados ciertos comportamientos machistas y patriarcales que hay chicas que ni siquiera los reconocen como acoso y lo que sienten tras ser víctimas es culpa y vergüenza”.
En un 89% de los casos, según este estudio, no existió ningún tipo de consecuencia para el acosador, mientras que las acosadas que efectuaron denuncia parece que vieron frenada su carrera profesional, aunque las autoras del estudio aún no han investigado a fondo este dato. El 75% de los casos tienen lugar en el sector público de la arqueología española, siendo Madrid, Andalucía y Cataluña las comunidades autónomas con más casos registrados.
Esta iniciativa se suma a la que ya se creo en el mundo del cine, el movimiento #MeToo, que al igual que en el caso de la arqueología tiene como objetivo visibilizar el acoso sexual y eliminar los casos de violencia de género que existen en el ámbito laboral.
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