Feminista convencida, Blake Lively no nos sorprende nada cuando explota ante la presión que sufren las mamás de alcanzar su peso ideal nada más dar a luz (y no duda en dejar clarito que ella pasa de todo eso), o cuando se mosquea en un evento sobre la lucha contra la pornografía infantil porque la prensa solo se interesa por lo que lleva puesto o cuando agradece públicamente a las Spice Girls en los People’s Choice Awards que le enseñaran desde pequeña a sentirse fuerte e independiente.
Y por supuesto esta vez no iba a ser menos cuando en una entrevista ha declarado que hay un tipo de lenguaje que se usa mucho en los medios de comunicación y que ella considera misógino. Estamos hablando especialmente de una palabra. Y de una palabra con la que a ella se le etiqueta una y otra vez.
La palabra es perfecta. Una vida perfecta. Un armario perfecto. Una relación perfecta con su marido. Un rubio perfecto. Una mujer perfecta. Con un par de perfectas piernas. Y dos niñas perfectas.
A Blake Lively se le atribuye este adjetivo en todas sus variantes. Y resulta que ella personalmente odia el mito de la perfección. Mucho. Muchísimo. Vamos, que está hasta el moño del término y en su opinión no sólo se trata de algo más irreal que un unicornio que estornuda purpurina arcoiris. También lo considera misógino. Y así lo ha explicado en la última entrevista que ha hecho para el número de septiembre de la revista Glamour.
En opinión de Blake, usar palabras como perfecta simplifica tanto la vida como la personalidad de las personas y que este tipo de lenguaje puede ser realmente dañiño: "no todos los hombres, pero una parte de ellos, desean entender y controlar a las mujeres. Para hacerlo, tienen que encajarlas en un concepto, pero las mujeres somos complejas”.
Además en su entrevista ha explicado que lo que ves en los medios de comunicación nunca es real. "La noche anterior a una entrevista sufro ansiedad… Me pregunto cómo va a etiquetarme la persona con la que me encuentre. Porque cuando lees Tiene una vida perfecta o Su vida se está desmoronando es solo porque alguien ha elegido esa narrativa para mí. Y al final es lo que se queda".
En la era del Postureo Máximo, donde hasta el último hijo de vecino presume de una vida perfecta en las redes sociales, es de agradecer que una celebrity cuya vida parece idílica reconozca que las cosas nunca son cómo parecen. Y que además lo haga desde una perspectiva feminista, apostando por una realidad sin filtros con nombres tan glamurosos como Mayfair o Valencia.
Fotos| Gtres, @blakelively
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