#HowIWillChange: esto es lo que los hombres han decidido cambiar de sí mismos para ayudarnos a acabar con el acoso sexual

El escándalo sexual de Harvey Weinstein ha puesto de manifiesto, más que nunca, cómo el acoso sexual y la cultura de la violación están presentes en nuestra sociedad de forma muchas veces subrepticia. Pero las redes sociales han servido para visibilizar estos casos, y la campaña #MeToo fue el primer paso con el que las mujeres empezaron a confesar cómo han sufrido acoso a lo largo de sus vidas.

Pero no todos los hombres son unos acosadores (afortunadamente). Eso ya lo sabíamos. Y tampoco están dispuestos a ser cómplices de quienes sí lo son. Así ha surgido el hashtag #HowIWillChange (cómo cambiaré), en el que cientos de hombres usuarios de Twitter, algunos tan conocidos como el actor Mark Ruffalo, han decidido exponer qué armas piensan utilizar en su lucha contra el acoso hacia las mujeres. Porque siempre lo hemos dicho: necesitamos a los hombres feministas en la lucha por la igualdad. Y estos son muy buenos ejemplos de a qué nos referimos:

Chicos, es nuestro turno. Después de las infinitas historias #MeToo de mujeres que han sido asaltadas, acosadas y de las que han abusado, hoy nosotros decimos #HowIWillChange.

Desafiaré a otros hombres en su sexismo. No seré complaciente con el estatus quo. No permitiré a otros hombres acosar a una mujer.

Denunciando el acoso cuando lo vea. Y para la gente que dice #NoTodosLosHombres... no, no somos todos los hombres, pero son jodidamente muchos.

Me enfrentaré a cualquiera que haga comentarios sexistas sobre las mujeres, incluso como chistes tontos.

Nunca culparé a una víctima, y nunca me quedaré mirando mientras un hombre hace avances indeseados sobre una mujer.

Nunca más permaneceré en silencio, sino que me enfrentaré a quien se comporte de forma misógina o degrade a las mujeres.

Significa que seré consciente de MI PROPIA capacidad para tener comportamientos dañinos, y tomaré la responsabilidad para desaprender esa toxicidad.

No voy a participar en la explotación de mujeres y niños viendo material pornográfico o pagando por sexo.

No haré 'bromas con los chicos' nunca más. Cuando las mujeres están lejos, es fácil aflojar los estándares y decir cosas que no diríamos en otros momentos.

Tomaré un papel más activo en la lucha contra la cultura de la violación en mi comunidad, sin miedo a que me llamen blandengue o chivato.

Nunca piropearé a una mujer de nuevo. Nos educaron viendo películas en las que los piropos eran un halago. Lo he hecho con amigas y novias. Ahora me doy cuenta de que era totalmente inapropiado. No es divertido. No es un halago. Es vulgar.

Enseñando a mi hija a no permitir ningún tipo de acoso sexual. Y más importante, enseñando a mi hijo a respetar a las mujeres.

Cuando vaya a una entrevista para un trabajo, preguntaré cuántas mujeres ejecutivas tiene la empresa, y cuál es la brecha salarial.

Tomando la responsabilidad de desaprender mi propia masculinidad tóxica y denunciando el sexismo cuando lo vea.

No miraré hacia otro lado si estoy pinchando música y veo a un hombre borracho persiguiendo a una mujer de forma agresiva.

Haré todo esto sin esperar ser felicitado o alabado por ello, ya que las mujeres hacen todo el trabajo duro cada jodido día.

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