La Liga Profesional de fútbol femenino, la primera de la historia en España, es ya una realidad con la aprobación este lunes de los estatutos, por parte de la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes, que permitirán su puesta en marcha definitiva durante la próxima temporada.
Se trata de un hito de máxima relevancia para el deporte español, que llega casi un año después de que Irene Lozano, entonces Secretaria de Estado para el Deporte y máxima responsable del CSD, anunciara que el Consejo impulsaría la profesionalización del fútbol femenino nacional.
Los estatutos se han conseguido tras nueve meses de diálogo, "no exento de dificultades y diferencias, porque cuando se persigue un acuerdo de este calibre todas las partes tienen que ceder", tal y como ha explicado José Manuel Franco, presidente del CSD, en un acto de presentación que ha contado con representación de todos los estamentos del fútbol.
Resuelto este trámite burocrático, el siguiente paso es convocar elecciones para elegir presidente/a de la nueva entidad y la Junta Directiva que dará lugar al desarrollo de nuevas estructuras. De momento, las únicas candidaturas que se han presentado son las de "Unidas por el fútbol", un proyecto liderado por Dolores Martelli y Ainhoa Tirapu y la de María Teixidor y Reyes Bellver con el lema "Es el momento. Compromiso y ambición". Eso sí, sea quien sea finalmente, lo que sí se da por seguro es que la silla de presidencia la ocupará una mujer.
Además, ahora también se debe trabajar en un Convenio de Coordinación con la Federación Española de Fútbol que abarca cinco ámbitos básicos (calendario, ascensos y descensos, arbitraje, órganos disciplinarios y limitar el número de extranjeras), así como la renegociación del Convenio Colectivo de Fútbol Femenino con los sindicatos para que todas las profesionales puedan ejercer su trabajo en las condiciones que crean que deben tener.
De este modo, en la temporada 2022/23 tendremos competición profesional femenina en la primera división, un proyecto que podría abrir camino a la profesionalización de otros deportes femeninos en el futuro cercano.
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