Las habilidades que cualquier niña debería aprender en su infancia para convertirse en una mujer capaz de enfrentarse a todo. Incluido a un mundo machista
Vivimos un mundo en el que el feminismo cada vez coge más impulso y en el que las mujeres estamos cambiando muchas cosas. Precisamente por eso, y pensando en que las niñas de hoy son las mujeres del mañana, es tan importante enseñar a esas adolescentes ciertas habilidades para que su vida, en el futuro, sea más sencilla. O al menos, para que estén preparadas para enfrentarse a ello.
Ser mujer no es fácil. Nos persigue nuestro particular Imperio Romano femenino (el peso), nos vemos obligadas a demostrar nuestra valía en muchos casos más que los hombres, nos vemos ahogadas en un mundo que sigue siendo machista y que se refleja en películas como El jorobado de Notre Dame, en el que no dejan de aparecer casos como el del grupo de Whatsapp de los estudiantes de Magisterio de La Rioja.
Más de 1 de cada 7 adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado tal y como confirma UNICEF en su informe Estado mundial de la Infancia 2021, En mi mente. Además, la exploración de la propia identidad, estar expuestos a situaciones adversas y la presión social tienen consecuencias en su salud mental. De hecho, según la encuesta publicada por Ruling Our eXperiences (ROX) realizada a 17,502 niñas, más de tres cuartas partes de las encuestadas sintieron que iban a "explotar" debido a la presión siendo las notas, la escuela, las amistades y los problemas familiares sus principales factores estresantes.
Es cierto que la mayoría de los adolescentes, independientemente de su género, sienten esa presión, pero las niñas en mayor medida y eso afecta a su confianza. Vamos a darte un dato para entendernos. La empresa Ypulse realizó una encuesta a más de 1300 niñas de 8 a 18 años y a sus padres. En ella se pidió que calificaran su confianza y los datos son estremecedores: entre las niñas de 8 y 14 años calificaron su confianza del 1 al 10, cayendo el dato de 8,5 a 6, una 30% menos.
Cofundada por Rachel Simmons, autora de cuatro libros sobre la niñez, Girls Leadership es una organización sin ánimo de lucro que brinda capacitación, educación y talleres a niñas, jóvenes no binarios y personas con diferencias de género. Según la organización, si queremos criar niñas con confianza es necesario que les enseñemos ciertas habilidades para que puedan luchar contra las normas de género que amenazan su autoestima y que según Simmons, sería ideal que les enseñáramos en la preadolescencia, antes de que cumplan 13 años.
Respetar y expresar sus sentimientos con inteligencia emocional
Como decíamos al principio, ser mujer no es fácil y existe un estereotipo que nos acobarda desde niñas, y el de que las mujeres somos personas en contacto con nuestros sentimientos y naturalmente buenas para comunicarlos. Esta aparente combinación natural, hace que demos por sentado que la niña tiene en su ADN cómo hacerlo y se nos olvida que nadie nace sabiendo.
Por eso es imprescindible trabajar con ellas la inteligencia emocional, una capacidad con la que podrán conocer, respetar y comunicar toda clase de emociones. Tal y como nos explicaba Marina Mammoliti, psicóloga clínica, las personas que tienen inteligencia emocional "tienen la capacidad de afrontar todo lo que les sucede en la vida de manera equilibrada, escuchando sus emociones, deseos y necesidades”. Y respetan todas ellas.
Iria Reguera, psicóloga y redactora jefa de Trendencias, explica que “es habitual pensar que hay emociones negativas y emociones positivas, pero no es verdad. Parece que siempre hay que estar bien si hacemos caso a la psicología positiva que inunda las redes, pero más que etiquetar las emociones lo importante es aprender a gestionarlas y expresarlas, porque todas coexisten y son parte de nosotras.
Aprender a poner en valor nuestras emociones, y las de los demás, nos puede ayudar respetarnos y elegir a quien nos respete. Si tenemos esto en cuenta, no hay duda de que respetar y expresar nuestros sentimientos es algo que deberíamos enseñar a una adolescente.
La gran pregunta es cómo hacerlo. Para Simmons el lenguaje con el que un adulto se dirige a un adolescente es clave. Si queremos conectar con ellos, debemos ser capaces de mostrarnos también vulnerables ante ellos, así que en nuestro vocabulario no pueden faltar palabras que expresen nuestras propias emociones, y vayan desde feliz a enfadada, triste asustada o frustrada por ponerte algunos ejemplos.
De la misma manera evita restar importancia a las emociones de las niñas y dales el valor que merecen, sean las emociones que sean. "Cuando tus hijas expresan emociones auténticas, incluso si son difíciles, tómalas en serio, no las niegues ni las cuestiones", afirma Simmons.
Aprender a tener relaciones saludables
En el caso de una niña, el enfoque está en las amistades, pero si trabajamos bien este punto, el aprendizaje será como aptitud transferible que usarán para todas sus relaciones, hasta laborales cuando sean adultas. Las amistades son la oportunidad para mostrar a las niñas cómo son las relaciones saludables y cómo pueden relacionarse con los demás y con ellas mismas, por ejemplo aprendiendo a establecer límites.
Practicar la asertividad y enseñar a las adolescentes a comunicarse honestamente, como explicábamos en el anterior punto, es clave.
Sentir autocompasión y aceptar el fracaso
Según diferentes estudios, las adolescentes están expuestas a más factores estresantes que aumentan el riesgo de depresión. Esta investigación en concreto dice que esos factores estresantes, a los que las niñas tienen una mayor exposición, las hace más propensas a reflexionar y en ocasiones, a sobrepensar en eso que han hecho “mal” o que no ha salido como esperaba.
Además de aprender y enseñar a nuestras niñas a alejarnos de la autoconversación negativa, es completamente necesario que les enseñemos a gestionar el fracaso que va a formar parte de su vida. Es importante que aprendan a aceptar un revés sin castigarse por ello, practicando la autocompasión.
Las niñas (y también los niños) necesitan la libertad de explorar y fracasar por sí mismas, con el apoyo adecuado y no autoritario de un adulto. Así es como se sentirán cómodas en los momentos complicados, sin juzgarse por ello.
Desarrollar una relación positiva con su cuerpo
Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) el 29,5% de las operaciones se realizaron a personas entre 18 y 29 años. 9 de cada 10 casos de TCA se producen en mujeres, según la ACAB. Y hay más, según el III Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar de la Fundación FAD Juventud y la Fundación Mutua Madrileña, el 18,9% de los adolescentes entre 15 y 19 años está a dieta. Con todos estos datos encima de la mesa podemos ver que este punto es complejo. Mucho.
Parte de la culpa es de las redes sociales que muestran estándares de belleza inalcanzables y que dificultan y mucho, que podamos tener una visión clara de cómo es el cuerpo, especialmente en las mujeres. Por eso es vital que las adolescentes desarrollen una relación positiva con su cuerpo.
Además de hablar sin tapujos sobre el cuerpo humano desde que son pequeñas, una herramienta muy efectiva según Simmons es iniciar a las adolescentes en el deporte, para que “tengan la oportunidad de ver sus cuerpos como capaces de tener fuerza y resistencia, en lugar de estar definidos únicamente por la apariencia”.
Hablar de sexualidad sin tapujos
En este caso la sexualidad es otro punto a tener en cuenta. Los padres que se sienten incómodos hablando de sexo y del cuerpo, trasladan esa incomodidad a sus hijas y eso puede afectar a la futura relación con su cuerpo.
Aprender a representar el sexo como una experiencia saludable que siempre debe vivirse de manera consentida, es vital según Simmons además de “enfatizar que el cuerpo de una niña le pertenece sólo a ella.”
Abrazar su identidad de género
Siguiendo con los dos puntos anteriores, propiciar que la niña desarrolle una buena relación con su cuerpo pasa porque sea capaz de abrazar, respetar y entender su propia identidad de género, sea la que sea.
Según el primer estudio longitudinal sobre la infancia trans, la gran mayoría de menores se siguen identificando con el género autodeterminado y no con el asignado al nacer. Y es hay un mundo más allá del género binario y la expresión de esa identidad puede moverse en un amplio espectro entre masculinidad y feminidad.
Y ponerlo en práctica es tan sencillo como en lugar de alentar a la niña a vestirse como una chica, dar rienda suelta para que ellas mismas elijan lo que más les guste o con lo que se sientan más identificadas. La expresión de su identidad puede fluctuar a medida que pasa el tiempo, pero las investigaciones demuestran que crecer en un hogar que los acepta es una herramienta muy poderosa para lidiar con los efectos negativos de ser atacado o intimidado por la propia sexualidad, identidad de género o expresión de género.
Aprender a afrontar el acoso
En España, casi el 10% de los estudiantes de primaria (9,53%) se siente acosado según el Estudio estatal sobre la convivencia escolar en centros de educación primaria realizado por la Universidad de Alcalá de Henares y el Ministerio de Educación.
Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, 7 de cada 10 niños sufren a diario algún tipo de acoso, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), detectó entre enero de 2021 y febrero de 2022 11.229 casos graves de bullying, algo que puede darse en las redes sociales y ha aumentado en los últimos años según el estudio de Save the Children “Yo a eso no juego”, que revelaba que el 7% de los estudiantes ha sufrido acoso a través del móvil o internet.
Es posible que tu hija se tenga que enfrentar a esta situación en algún momento de su vida, y cuando las niñas sufren acoso es también posible que no sepan cómo defenderse. Del mismo modo, Simmons asegura que "las niñas acosan porque no tienen las herramientas para lidiar con sus sentimientos". En estos dos posibles lo más recomendable es asegurarnos de que la niña sabe que puede pedir ayuda a un adulto y que no serán juzgadas por ello.
Simmons afirma que los padres deben aceptar la responsabilidad de su propio papel “marcando desde el principio lo que está bien y lo que no en las relaciones". Es el primer paso para que cuando exista acoso, las niñas lo identifiquen rápidamente y cuando sean adultas sepan, por ejemplo, si están ante un misógino.
Aprender a liderar
Volvemos a la primera encuesta de ROX que dice que el 59% de las niñas disfrutan en puestos de liderazgo pero más de la mitad aseguran que les daba miedo liderar porque no querían ser etiquetadas como "mandonas". Desarrollar habilidades de liderazgo es complicado si eres mujer, que se lo digan a Taylor Swift.
¿Cómo conseguirlo? Pues tan fácil como compartir equitativamente las tareas del hogar en casa, porque los padres que lo hacen tienen más probabilidades de criar hijas que crean que pueden optar a más profesiones.
Además, es importante que las niñas tengan durante su crecimiento referentes de mujeres empoderadas de diferentes ámbitos. Desde Beyoncé a Simon Biles pasando por la científica María Blasco, Ursula von der Leyen o la mismísima Oprah. Hablar de ellas, enseñarles sus logros y mostrarles lo lejos que han llegado es una manera de inspirarlas.
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