Él acosa a las mujeres que le rodean, que sueñan con trabajar con él. Abusa de su poder y las obliga a hacer cosas que no quieren hacer. Después utiliza todos sus recursos para acallarlas, desde sobornos hasta amenazas. Parece la trama de la última película de Hollywood, pero es real. Bien podría haberla producido, pero Harvey Weinstein continúa siendo el protagonista de esta terrible historia.
Harvey Weinstein era un todopoderoso productor de Hollywood, la persona a la que había que conocer para convertirse en alguien en la industria del cine. Pero él abusó de decenas de mujeres y ahora todas ellas se han unido para destaparle. Tras el escándalo de #RoseArmy, el boicot a Marchesa por ser él el marido de la diseñadora y las decenas de denuncias, The New Yorker ha destapado otra capa de este escándalo. La titulan La armada de los espías y no, no es una película de Tom Hanks.
Al contrario. Es una historia demoledora por lo real que resulta. Y es que el periodista Ronan Farrow ha pasado 10 meses destapando la red de espías, detectives privados y abogados que el productor contrató para evitar las denuncias de las actrices y celebrities. ¿Y cómo lo hizo? Desacreditando, amenazando y sacando trapos sucios para silenciarlas.
El reportero destapó todo en el programa The Late Show con Stephen Colbert. Todo comenzó, según él, con la contrata de dos compañías de inteligencia: Kroll y Black Cube, esta última contando con personal de los servicios secretos israelíes y el Mossad.
"Se sabía que Weinstein se apoyó durante años en un equipo agresivo de abogados, en pactos de confidencialidad, en acuerdos económicos y en fuertes presiones para evitar que las mujeres dieran un paso al frente" afirma la revista The Hollywood Reporter. Pero ahora The New Yorker pone las pruebas sobre la mesa, pues la revista cuenta con contratos y bonus cobrados por las empresas si conseguían información relevante.
La propia Rose McGowan, la actriz que inició las denuncias contra Weinstein, cuenta a Farrow que la contactaron con una identidad falsa, haciéndose pasar por una empresa especializada en discriminación sexual laboral. Tampoco sus empleados en la productora Miramax están libres de pecado. El productor les pidió que hicieran listas de todas las personas que podrían denunciarle. Una trama que Sallie Hofmeister, portavoz de Harvey Weinstein, ha calificado de "una ficción digna de teorías de la conspiración".
Fuente | The New Yorker.
Fotos | Gtres.
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