Nos pasamos la vida fuera de casa, trabajando, yendo de un lado para otro, los niños, el máster, la compra… y la verdad, tener nuestra casa limpia y ordenada ocupa siempre el último lugar en la lista de nuestras preocupaciones. Si no puedes contar con un equipo de limpieza formado por ex-miembros de los GEOS, siempre puedes copiar algunos trucos sencillos a esos tiquismiquis que siempre tienen su hogar como los chorros del oro.
1.- Haz la cama.
Ya nos lo decían nuestras madres, pero nosotros pensábamos que era una manía suya. Hoy en día y gracias a los edredones, hacer la cama no es el purgatorio que tenían que sufrir ellas de remeter simétricamente capas y más capas de sábanas, colchas y vete a saber tú qué más. Ahora es fácil y simple y hará que tu casa parezca más ordenada en un periquete.
2.- Usa el lavavajillas como contenedor del caos.
El hecho de no tener decenas de platos y tazas sucias pululando por la encimera de tu cocina es ya señal de que eres una persona limpia y ordenada. Nadie tiene por qué saber que guardas todo “eso” en el interior de tu lavavajillas. Además, ya lo limpiarás… más tarde.
3.- Quítate los zapatos.
En los países del norte de Europa es normal descalzarse nada más llegar a casa (propia o ajena). Una forma fácil y sencilla de evitar que la porquería que arrastras desde la calle ensucie tus suelos. Y que tú tengas que limpiarlo. Especialmente en invierno o los días de lluvia es mejor no ensuciar que tener que limpiar.
4.- Dedica 5 minutos antes de acostarte.
Involucra a todo el mundo y dale un repaso rápido a tu casa antes de acostarte. Recoger los trastos, juguetes, ordenar un poco por encima el sofá y las superficies no tiene por qué llevarte mucho más tiempo y así al día siguiente no tendrás que hacer nada en medio de la carrera de primera hora de la mañana.
5.- Airea el ambiente.
Parece una tontería, pero mantener nuestras casas cerradas durante todo el día concentra todo tipo de olores. Abrir las ventanas a diario y dejar que corra el aire es un truco rápido y que apenas conlleva esfuerzo, con resultados inmediatos: nuestra casa olerá a fresca y limpia.
6.- Mantén el frigorífico limpio.
Una vez a la semana deshazte de toda esa comida que está empezando a desarrollar su propia civilización y huele a rayos. Pasa una bayeta o un trapo húmedo por cualquier mancha o salpicón y ¡voilá!
7.- No dejes para mañana lo que puedes hacer... ahora
Hace poco publicamos un artículo sobre el arte de la procrastinación y la conclusión es que retrasar las cosas no sirve para nada en absoluto. Si te da pereza hacerlo ahora, imagina dentro de unas horas, cuando estés mucho más cansado.
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