Fue en el año 1959 cuando la casa Mattel puso a la venta a la muñeca más famosa del mundo: Barbie. Parece mentira que ya hayan pasado 58 años de eso. Y en todo este tiempo, Barbie se ha convertido en todo un icono de la cultura pop, también ha recibido homenaje atípicos para ser un juguete, tiene calles en su nombre, ha sido protagonista de películas y de exposiciones y objeto de coleccionistas.
Pero también ha sido objeto de las críticas de los más detractores, que le acusaban de sustentar un modelo de belleza demasiado ideal o de favorecer actitudes sexistas.
La rubia más internacional era alta, tenía las piernas muy largas, una cintura de avispa y un busto prominente. Hoy en día, para adaptarse a los nuevos tiempos, ha evolucionado y nos podemos encontrar a una Barbie más cercana al mundo real. Y a las niñas que juegan con ella.
Porque no todos somos iguales, la diversidad llegó también al universo de Barbie en 2016 y de repente descubrimos que no sólo se podía ser una rubia de piernas largas y de piel de un color determinado. Porque cada persona es un mundo y nadie está hecho por el mismo patrón, la casa Mattel decidió crear nuevos modelos, como os contamos ya en este artículo.
Desde tall a curvy, pasando por petite y terminando con la original. Aquí cada una elige el cuerpo que más le guste, sin importar nada más.
Y hasta ha creado una muñeca especial en honor de la modelo de tallas grande Ashley Graham, la más conocida del mundo. Una manera de contribuir al movimiento body positive.
Pero no sólo es su aspecto físico, Barbie también ha tenido que demostrar que es una mujer acorde con los nuevos tiempos y que nada puede detener sus sueños, como a cualquier niña de nuestra época, claro. Puede ser cualquier cosa que desee ser y sólo necesita aspiraciones y una buena dosis de determinación, como la compañía contó en este spot:
Y como no hay límites a los sueños, Mattel se ha sumado a las inquietudes de los nuevos tiempos y ha lanzado una versión especial de Barbie Presidenta.
Un cuerpo mucho más real, diversidad, aspiraciones e igualdad. ¿Qué más se le puede pedir a Barbie? Pues que siga cumpliendo muchos más y evolucionando con los tiempos.
Fotos| Mattel
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