La lasaña es una receta que, aunque fácil de hacer, no es que sea precisamente rápida. Por ello, no suele ser de esas que se incluyamos una y otra vez en nuestros menús de diario. Sin embargo, es un clásico que siempre apetece incluir en ocasiones especiales o cuando tenemos el tiempo para prepararla con el mimo que requiere. Algo que, en realidad, solo vamos a poder hacer verdaderamente aplicando los secretos auténticos de los italianos en la cocina.
Buscando perfeccionar su receta de lasaña, la cocinera Kelli Foster se puso a hacer trabajo de campo y preguntó a dos expertas en lasaña que le dieron la misma respuesta por separado. Por un lado, consultó con una amiga suya que había crecido en las afueras de Venecia, en Italia, y por otro a una italoamericana que se dedica profesionalmente al mundo de la gastronomía.
Hablando con ellas descubrió que el motivo por el que no conseguía que la lasaña le quedara como en Italia era cosa del queso ricotta que empleaba. Básicamente, ambas mujeres le dijeron que tenía que dejar de ponerle este tipo de queso y hacer salsa bechamel.
De repente, todo tuvo sentido en su cabeza porque la ricotta puede quedar un poco seca o granulada al hornearse pero, claro, el relleno de una lasaña ha de ser increíblemente cremoso para que esté buena. Además, la chef recomienda agregarle a la salsa una pizca de nuez moscada para que adquiera un toque sofisticado.
No obstante, otro truco que aprendió es que, en vez de cocer la pasta directamente, es mejor dejarla antes en remojo en agua caliente en la bandeja para hornear. Después de 30 minutos, aproximadamente, hay que escurrir, secar la bandeja y montar la lasaña en capas.
Eso sí, por muy buena que esté la bechamel, no servirá de nada si la boloñesa no lo está también. Kelli Foster la hace en solo 30 minutos de cocción a fuego lento. Con todos los ingredientes en la olla, dora un poco de panceta, para después saltear las zanahorias, la cebolla y el apio en la grasa de la carne.
Otro punto importante es que, además de emplear tomates triturados, añade una lata de salsa de tomate, lo que le aporta a la boloñesa espesor y un sabor a tomate más concentrado. Finalmente, para ganar rapidez en la elaboración de este plato italiano, recuerda que tanto la bechamel como la boloñesa son salsas que se pueden preparar con antelación y calentar en el momento de cocinar.
Foto de portada | Kellimfoster y Emanuel Ekström
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