Las verduras asadas son un plato súper socorrido, rico, diferente y muy fácil de cocinar. Si además estás a dieta y te aburre soberanamente el tema de las ensaladas y los filetes insípidos, tranquila: tenemos la solución para que llegues a la hora de la comida con una sonrisa (y que, ya de paso, sientas de no estás a dieta con esa sensación de estar 'semi castigada').
Está claro que hay muchísimas maneras de cocinar las verduras, pero si buscas un método simple en el que sean las protagonistas, recurrir al horno es la mejor opción. Lo mejor de cocinar verduras al horno es que se pueden hacer para todo tipo de comidas y no necesitas muchos ingredientes extra para que estén buenas. Como plato principal, de aperitivo, para acompañar con carnes o pescados, para preparar un sándwich gourmet... Enciende el horno y tu comida estará lista en unos minutos. ¿Preparada?
Uno de los trucos que tener en cuenta nada más empezar es que las verduras estén en buenas condiciones y frescas. Parece una tontería, ¿verdad? Pues es la clave. Ah, y no te limites casi todas las verduras quedan deliciosas al horno. Especialmente, te recomendamos tomates, berenjenas, calabacines, alcachofas, espárragos, pimientos asados, brócoli, puerros... Una vez más, la imaginación es el límite.
Cómo hacer verduras al horno sin grasas
Es sin duda la receta de dieta más sencilla para una cena (o comida) ligera. Nuestros compañeros y expertos de Directo al Paladar nos cuentan que la clave de su éxito reside en el corte de cada verduras, las más duras en trozos más pequeños y las más blandas en trozos más grandes. Así, con un mismo tiempo de cocción, quedarán todas al dente.
Todos los ingredientes se introducen a la cazuela en crudo y se cuecen a la vez juntos (¿puede ser más fácil?). Para ello, pela y pica en trozos muy finos el diente de ajo y la cebolla. Pela la zanahoria y córtala en dados muy pequeños, ya que es la hortaliza más dura de la receta. Después, lava las judías verdes, retira los extremos y corta en tiras diagonales. A continuación, limpia los champiñones con un trapo húmedo y córtalos en cuartos. Corta el tomate por la mitad y lo rállalo (desechando la piel).
Ya casi lo tienes. El siguiente paso es que coloques todas las verduras en una cazuela y añadas una hoja de laurel, sal, pimienta negra molida al gusto y una cucharadita rasa de pimentón dulce. Echa una pizca de vino blanco y el caldo de verduras y llévalo a ebullición. Tapa y cuece a fuego medio-alto durante 20 minutos. Y listo.
Otras opciones que puedes tener en cuenta a la hora de cocinar verduras:
Pimientos asados
Opta por los más grandes. Mejor si los cortas en tiras gruesas. Otra opción también es dejarlos enteros en la bandeja del horno y girarlos cuando veas que necesitan una vuelta. El secreto de abuela es envolverlo en papel de aluminio y dejarlos para que se asen en el suelo del horno mientras cocinas otras verduras.
Berenjenas
Las berenjenas al horno son un espectáculo. Si las colocas en tiras o enteras, como más te gusten, prueba a añadirles en cuanto las saques un poco de tomate triturado natural por encima. Sanísimas y súper ricas. Si quieres añadir más sabor, opta por una salsa de yogur y granada.
Tomates
Están mucho más ricos si no lo pelas y la piel del tomate suele gustarle a todo el mundo (más aún al horno, doradito). Puedes cortarlos a la mitad o en cuartos. Como sueltan un poco de jugo, es mejor que los cocinas a parte para no mezclar sabores. Los tomates de pera o cherry también son una buenísima opción para asarlos. Si les añades aceite y un poco de sal están de muerte.
Fotos | Directo al Paladar