Dicen que en tiempos de necesidad se agudiza el ingenio. Con la inflación que tenemos encima, somos muchos los que optamos por recetas de aprovechamiento, los que miramos la cuenta más de lo normal y los que no hacemos la compra si no es con una lista cerrada y solo con lo imprescindible. Pero además de nosotros, la inflación afecta a los supermercados que realizan tácticas como la reduflación para afrontar la subida de los precios.
Para quien no lo sepa, la reduflación consiste en reducir las cantidades y subir los precios de algunos productos para mantener los beneficios. Los perjudicados, como siempre, somos los compradores. El término ha vuelto a ponerse encima de la mesa gracias a Francia, que se ha convertido en adalid de la defensa de los consumidores ante este tipo de prácticas.
La ley se impondrá en Francia el 1 de julio
Para evitar que los fabricantes se vayan de rositas, van a obligar a la industria alimentaria a indicar si sus envases son más pequeños que antes. Y no se trata de algo que se dijera sin más a mediados de 2023. El Ejecutivo francés tiene listo el proyecto de ley que obliga a señalar la reducción con carteles informativos. El proyecto de ley está siendo estudiado por el equipo del primer ministro y será promulgado por el Boletín Oficial del Estado francés, Légifrance/Journal officiel en los próximos días.
Según informa Les Echos, este decreto obliga a los supermercados a partir del 1 de julio a identificar los artículos en cuestión, aunque los distribuidores se han mostrado reacios ya que consideran que son los fabricantes quienes deberían informar y no ellos.
A partir del 1 de julio, fecha en la que entrará en vigor la ley, se acompañará una advertencia en los lineales con el siguiente mensaje: "Para este producto, la cantidad vendida ha pasado de X a Y y su precio por kilo, gramo o litro aumentado en un X% o X euros". Esta medida tendrán que realizarlas los propios supermercados, algo que ya hizo Carrefour cuando comenzó a señalizar en sus tiendas aquellos productos que se habían acogido a la reduflacción. Poco después le siguió Intermarché.
Ahora, todos los productos que vean mermada su cantidad respecto a la fecha precedente, sean alimentarios o no, tendrán que señalizarse durante dos meses. Un paso, con todas las de la ley, para proteger a la clientela y que con toda la información en la mano, puedan decidir qué productos meten en sus carritos de la compra.
Fotos | Martijn Baudoin en Unsplash, Allef Vinicius en Unsplash
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