Con cuatro ingredientes tendrás una receta original, fácil y saludable que no se parece en nada a las ensaladas más tradicionales
Cuando vivía en casa de mis padres, mi madre siempre acompañaba todas las comidas con una ensalada de lechuga y tomate. Saludable, sí, pero a fuerza de repetición se me hizo aburrida y ahora en mi casa no entra una lechuga casi nunca. En cambio hay una ensalada que sí repito una y otra vez cuando quiero una cena ligera. Se trata de una receta de brócoli con un aliño cremoso de tahini y limón.
Comenzaré diciendo que soy amante del brócoli en todas sus formas, pero esta verdura no tiene tan buena fama como el calabacín, a pesar de que resulta tan versátil como este. Se trata de una verdura que encuentra en el mes de noviembre su mejor época del año y es uno de los alimentos con más vitamina C que podemos encontrar en el mercado. Por encima de las naranjas. Como nos explican los expertos en nutrición de Vitónica, es además rico en carotenos, vitamina A, selenio, potasio, calcio vegetal, fibra, vitaminas del complejo B y proteínas vegetales, además de contar con fitoquímicos como los flavonoides. Y está buenísimo si sabes hacerlo bien.
Cómo hacer brócoli al vapor con aliño de tahini y limón
Para esta receta de brócoli al vapor con aliño de tahini y limón solo tenemos que tener cuidado con el punto de cocción de la verdura. El resto es coser y cantar. Para dos personas necesitamos medio brócoli, unos 20 gramos de anacardos, otros 20 gramos de tahini, aceite de oliva y zumo de limón. Lo primero será separar los ramilletes del tronco del brócoli. Esta vez solo vamos a usar los ramilletes, pero con el tronco puedes hacer unos fideos asiáticos con cúrcuma que están buenísimos y así aprovechamos toda la verdura.
Una vez separados toca cocinarlos al vapor. En mi caso uso un estuche de Lekué para cocinar al vapor en el que pongo los ramilletes de brócoli y que meto en el microondas durante cuatro minutos a 800 W. Quedan en su punto siempre. Si son congelados, añade un minuto más. Si quieres hacerlo al vapor en su versión más tradicional, pon el brócoli sobre una cesta de vapor y calienta un poco de agua en una cazuela con una pizca de bicarbonato para potenciar el verde del brócoli. Si te gusta al dente, con cinco minutos tendrás suficiente.
Mientras se cocina el brócoli vamos con el aliño que vamos a hacer mezclando en un bol el zumo de medio limón, el tahini y el aceite de oliva virgen extra. Movemos bien y añadimos un poco de agua (poco, mejor quedarnos cortos y rectificar que pasarnos de ligereza), sal y pimienta blanca para darle un punto de gracia. Movemos bien y reservamos. Cortamos los anacardos y los tostamos en una sartén. No es imprescindible, pero así cogerán algo de temperatura y color, y conseguiremos que se vuelvan más aromáticos y sabrosos.
Toca servir el brócoli con el aliño y los anacardos por encima y disfrutar, porque este plato tan sencillo está buenísimo. Va a convertirse en uno de tus favoritos. Si quieres completar la cena, puedes acompañar un filete de pollo con esta ensalada, o una tortilla francesa. Ya tienes cena rápida con ensalada, pero sin lechuga ni tomate. Salir de la rutina nunca había estado tan rico.
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