Mi sobrina estudia hostelería y me ha enseñado cómo se hace el pollo más jugoso del mundo

Pollo y huevos son las dos proteínas que nunca faltan en mi nevera. En parte porque son asequibles, a pesar de que los supermercados hayan subido sus precios, y en mayor medida porque son versátiles y me dan la oportunidad de preparar recetas alucinantes sin necesidad de pasarme horas en la cocina.

La pechuga de pollo es barata, baja en grasas y muy versátil, pero en ocasiones tiende a quedarse algo seca. Hasta ahora. Uno de los trucos de chef que me ha enseñado mi sobrina que estudia hostelería, es que marinar las carnes hará que se vuelvan más tiernas y jugosas, algo especialmente práctico con piezas como la pechuga de pollo. Y además le aportamos mucho sabor.

Cómo marinar el pollo para sea  más jugoso

Mi sobrina prepara un adobo maravilloso que funciona con todas las piezas de pollo y queda especialmente bien con las pechugas. Nos permite cocinarlas después a la plancha, en airfryer, a la parrilla en una barbacoa, asada… Y siempre queda de diez.

Para la mezcla del adobo podremos un par de ajos picados, que puedes rallar con un microplane, picar a cuchillo finito o machacar en un mortero, y añadir después sal, pimienta negra molida y una cucharadita de cúrcuma, un superalimento que le aportará un extra de sabor. A mí me encanta esta mezcla, pero puedes cambiar por tus especias favoritas sin ningún problema.

Ahora podemos hacer dos cosas o bien frotar el pollo con el adobo para que se impregne bien y luego meterlo en un bol con dos vasos de kéfir o yogur natural y un par de cucharadas de zumo limón para que la carne sea aún más tierna, o bien mezclar el adobo con el limón, el kéfir o el yogur y luego meter el pollo. En mi caso hago siempre lo segundo porque ahorro un par de minutos. Tapamos con papel film y llevamos a la nevera durante al menos una hora, aunque lo puedes dejar toda la noche.

Pasado ese tiempo, solo queda cocinarlo como más nos guste. Es importante que no lavemos el pollo, sino que escurramos el marinado y lo cocinemos así. Si has marinado filetes de pechuga de pollo, puedes probar a hacerlo a la sartén, y si has hecho la pieza entera de pechuga, prueba con el horno o el airfryer para conseguir un resultado espectacular.

Aunque me encanta hacerlo con pechuga de pollo, podemos marinar lo que nos apetezca, desde alitas hasta jamoncitos o traseros de pollo si nos apetece. Acompáñalo con unas verduras asadas o a la plancha y tendrás una cena increíble con un pollo jugoso y tierno y mucho sabor. Palabrita.

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