Si hay algo que nunca, jamás, falta en mi cocina es huevos. Siempre tengo en la nevera un cartón de huevos camperos. Sí, desde que descubrí el etiquetado de los huevos los compro camperos el 100% de las veces aunque me cueste un poquito más. Los expertos dicen que si eres un adulto con un estilo de vida moderadamente activo, tienes que consumir entre 1 y 1,6 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal. En mi caso serían entre 70 y 112 gramos. El huevo es uno de los alimentos con más proteínas, unos seis gramos de proteína de alto valor biológico, es decir, sus aminoácidos esenciales hacen que tenga una calidad proteica superior.
Por eso nunca me faltan y son un habitual en mis cenas. Con ellos hago ensaladas, revueltos y por supuesto, tortillas. Aunque me encantaría comer tortilla de patatas a diario, si quiero cuidarme tengo que variar y optar por otras delicatessen como la tortilla francesa, o mi favorita para las cenas durante todo el año: la tortilla de atún. En mi caso siempre la acompaño de una ensalada de tomate o de brotes verdes y me apaña la cena en solo 10 minutos. Perfecto para cuando quieres comer rico y sano sin pasar tiempo en la cocina.
Cómo hacer una tortilla de atún perfecta
Esta receta básica de la cocina tradicional la recuerdo entre dos panes, en un bocadillo que mi madre hacía para irnos a la piscina y que cuando la sacábamos de la nevera portátil estaba fresquita. En mi caso, y como soy nostálgica por naturaleza, la suelo hacer de un día para otro en verano para comérmela fría, y en el día si ya es otoño o invierno y quiero comerme algo calentito.
Para prepararla no necesitamos nada más que tres ingredientes. Cuatro si contamos el aceite: atún, huevos y sal. Para dos personas usaremos cuatro huevos unos 120 gramos de atún en conserva. En mi caso uso siempre atún en conserva natural que escurro bien, pero puedes prepararla con atún en escabeche o con atún en aceite (mejor si es de oliva) que deberás escurrir bien para que no quede una tortilla aguada o demasiado grasienta. Un truco de chef: si usas atún en aceite de oliva guarda un poco para engrasar la sartén antes de cuajar la tortilla. Los expertos de Directo al Paladar aseguran que “el punto extra de sabor y jugosidad que se consigue con este sencillo truco es soberbio y eleva una receta basiquísima en un bocado excelente”. Doy fe, que alguna vez solo tenía atún en aceite y se nota.
En un bol o en un plato hondo ponemos los huevos y el atún desmigado y escurrido, además de un poco de sal y si te apetece, pimienta negra recién molida o cualquier otra especia como tomillo, perejil o albahaca. En una sartén (asegúrate que no se pegue), calentamos un poco de aceite y vertemos la mezcla de la tortilla cuando esté bien caliente. En este punto es importante remover un poco para que se cuaje de forma homogénea antes de bajar el fuego. Cuando ese lado esté cuajado, damos la vuelta con ayuda de un plato y dejamos que se cuaje la otra cara a fuego medio. Si la quieres más jugosa, déjala menos tiempo y si quieres más hecha, deja que cuaje más. Sacamos y a comer. Lo más complicado que tiene este plato es que no te quemes al comerla, con eso te digo todo.
Fotos | Directo al Paladar
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