Hay alimentos tan versátiles que nos permiten hacer decenas de rectas con un mismo resultado: delicioso. Esta vez nos centramos en los huevos cocidos y todo su abanico de posibilidades. Perfectos para hacer una deliciosa ensaladilla rusa (una de las tapas más fáciles y una de mis favoritas del mundo entero), la mezcla de patata, zanahoria y huevo cubierta con mayonesa, hace que la boca se me haga aguas a todas horas -y sé que no soy la única-.
Dentro del mundo de las ensaladillas rusas hay muchas versiones: mientras que hay gente que la prefiere con guisantes, otros optan por añadirle atún o mortadela. Sin embargo, el toque que marca la gran diferencia es el punto ácido del vinagre de vino blanco junto a la mayonesa.
Fácil de hacer y con un resultado abundante (si te gusta puedes comer varios días), una vez tengamos los huevos cocidos, el único (gran) desafío será cocer las verduras -aunque siempre las podemos cocinar en el microondas para ir más rápidos-. Una vez tengamos todos lo ingredientes cocidos y en su punto, llegará el momento de añadir el aderezo. Una mezcla de mayonesa, vinagre de vino blanco, sal y unas cucharadas extra de aceite de oliva para añadir un extra de sabor (nunca está de más).
Y es que el secreto de que este plato sea de estrella Michelin se encuentra en la mayonesa. Podemos decantarnos por la clásica mayonesa con aceite y huevo u optar por la mayonesa con clara de huevo o la de bote de supermercado.
Una vez la tenemos hecha, se recomienda dejarla reposar en la nevera y atemperar unos minutos antes. ¿Mi ensaladilla rusa favorita hasta la fecha? La que se acompaña de trufa negra. Sencillamente deliciosa.
Fotos | iStock, Directo al paladar
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