Estos exquisitos calabacines rellenos de bonito están listos en menos de media hora. Además, su elaboración no tiene ningún misterio y, para rematar, tanto la hortaliza como el pescado están todavía de temporada y en su mejor momento. No obstante, la receta se puede preparar con bonito en conserva, pero merece la pena apostar por el producto fresco.
A la hora de ponernos manos a la obra, mientras se calienta el horno, hacemos un sofrito con ajo, cebolla y tomate. Cuando esté listo, añadimos el bonito cocinándolo brevemente. Claro que, si es en conserva, simplemente lo echamos y punto.
Reservamos y, cuando esté listo el horno, metemos los calabacines con un poco de aceite y sal. Pasados cinco minutos, vaciamos los calabacines, mezclamos la pulpa con el resto del relleno, reintegramos y gratinamos en el horno con un poco de bechamel. Si queremos, podemos añadirle queso por encima.
En lo que respecta a su valor nutricional, este plato es una auténtica joya. Y es que el calabacín aporta fibra, vitamina C y antioxidantes. Mientras que el bonito pone las proteínas de alta calidad y los ácidos grasos omega-3.
Directo al paladar
El resultado es una cena que, además de rica en sabor, es nutritiva y no suma calorías innecesarias. Incluso podemos hacerla más light prescindiendo de la bechamel.
Por cuestión de gustos, el bonito también se podría cambiar por atún o incluso por pollo desmenuzado. Asimismo, la receta funciona a la perfección con berenjenas. En cualquier caso, cuando os sentéis a la mesa, no olvidéis el pan porque la salsa del relleno lo merece.
Foto de portada | Victor Bayon
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