La receta perfecta con calabacín para gente ocupada existe y esta. Fácil, rápida y muy rica

Esta receta tiene solo tres pasos y uno de ellos se hace solo, así que si buscabas una receta para lazy girls, para esos días en que te has levantado con la pereza por bandera o si simplemente no te apetece complicarte la vida, estás en el sitio correcto. Estos calabacines gratinados van a convertirse en tu cena favorita para todo el año.

Receta de calabacines gratinados

Resultaría imposible hacerlo más fácil, porque esta receta con calabacines es un gratinado clásico que combina las verduras con huevos batidos, queso, leche y nata de cocina. La nata puedes sustituirla por leche para no sumar más calorías si estás a dieta, aunque vas a perder algo de cremosidad. A esto solo tendremos que añadir alguna especia y un poquito de pan rallado que le dará un toque crujiente maravilloso, pero que es completamente opcional.

Para cuatro personas necesitamos unos tres calabacines medianos (aproximadamente 750 g), un huevo (talla L es perfecto), 150 ml de leche y 150 ml de nata para cocinar, 30 gramos de parmesano y poca cosa más. Y es que esta receta es un básico de cocina que no necesita muchos ingredientes para estar deliciosa.

Lo que vamos a hacer es cortar la verdura, mezclar en una fuente y hornear. Más fácil imposible. Comenzamos por lavar bien los calabacines y cortamos en medias lunas de unos 4-5 mm de grosor. No muy grueso. Vamos a poner en una fuente de horno para añadir sal, pimienta negra, ajo granulado al gusto y las especias que te apetezcan además de un chorrito de aceite. En mi caso siempre le echo un toque de hierbas provenzales. Mezclamos y preparamos el resto.

Calentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo y en un cuenco mezclamos el huevo con la leche, la nada y el queso. Podemos echarle un poco de nuez moscada rallada si nos apetece, y lo que si hace falta es un poco más de sal a esta mezcla. Batimos suavemente y echamos sobre el calabacín. Movemos ligeramente para que la mezcla líquida se cuele entre la verdura, echamos un poco de pan rallado por encima, tapamos con papel de aluminio y metemos al horno 30 minutos. Quitamos el papel pasado ese tiempo y metemos 20 minutos más para que coja color.

Hasta las personas más vagas perderán la pereza al preparar esta receta fácil, rica y perfecta como cena ligera o para acompañar un pescado asado, un pollo asado como el de Jordi Cruz, como aperitivo en una comida de picoteo o acompañando una barbacoa.

Fotos | Directo al Paladar

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