Asar pimientos en casa es algo que me enseñó mi madre hace años y que practico de forma habitual. Nos sirve para tener en la despensa siempre un producto maravilloso que podemos usar con multitud de recetas como la muhammara, la clásica ensalada extremeña llamada zorongollo o la deliciosa receta que te traemos hoy: un risotto de pimientos asados muy italiano.
La receta gana mucho (muchísimo) si asamos los pimientos a la leña, en una barbacoa o al horno (los expertos en gastronomía de DAP nos explican paso a paso cómo asar pimientos), pero si vamos justitos de tiempo podemos aprovechar ese aparatito tan moni que tenemos en la cocina y que sirve para mucho más que calentar el café: podemos asar los pimientos en el microondas. Incluso, podemos usar pimientos en conserva que tendremos en la despensa.
Ingredientes
- caldo de verduras 600 ml
- Cebolleta 0.5
- Arroz redondo arborio 180 g
- Pimiento rojo asado 150 g
- vino blanco 50 ml
- Tomate concentrado 15 ml
- Mantequilla (una nuez)
- Sal al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra molida
Cómo hacer risotto de pimientos asados
- Tiempo total
Comenzamos calentando el caldo de verduras (mejor casero), en un cazo. El primer truco para hacer risotto es añadir el caldo caliente siempre, así que mientras vamos haciendo el sofrito, podemos ir calentando nuestro caldo.
Mientras se calienta picamos la cebolleta muy pequeñita y troceamos los pimientos asados, conservando todo ese jugo que sueltan al asarse. En una sartén con un poquito de aceite echamos la cebolleta con una pizca de sal para que vaya ablandándose, y pochamos suavemente hasta que esté transparente.
Es el momento de añadir el arroz para que se tueste ligeramente, así que subimos el fuego y dejamos que se vaya tostando hasta que tenga un color nacarado. Salamos y regamos con el vino blanco y dejamos que se evapore el alcohol poco a poco. Una vez se ha evaporado, echamos los pimientos troceados y el concentrado de tomate.
Vamos a darle caña al risotto con el caldo, y el truco para que siempre salga perfecto es añadir el caldo poco a poco, remover y no echar más hasta que el arroz haya absorbido todo el caldo. Echamos cazo a cazo, sin prisas. De esta forma nunca echaremos de más.
Cuando el arroz esté listo, apagamos el fuego y añadimos tanto la mantequilla como el parmesano rallado (un buen puñado), moviendo para que mantequen la mezcla y le aporten ese brillo y cremosidad indispensable en un buen risotto.
Es importante que, como en cualquier risotto, sirvamos inmediatamente con un buen parmesano para que cada uno se eche queso al gusto. Una pizca de pimienta negra recién molida en la mesa, y listo. Platazo.
Y si después de este risotto de pimientos asados te has quedado con ganas de más recetas de este plato tan típico de Italia, te damos un bonus en formato de vídeo: risotto de salmón con crujientes de queso. Prepara una hogaza del mejor pan que vas a necesitarla.
Fotos | Directo al Paladar
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