Con esta receta usaremos ingredientes que tenemos en casa para escapar de aliños aburridos, y podemos usarla con platos fríos de pasta, pescados y hasta para dipear
El verano es tiempo de ensaladas. Son frescas, fáciles de hacer y hasta podemos incluir frutas como la sandía o las cerezas en sus elaboraciones para conseguir un resultado fantástico con productos de temporada. Para mantener estas recetas como una opción equilibrada, la clave es no caer en usar salsas preparadas que están repletas de azúcar y grasas poco saludables. Es mucho mejor preparar los aliños en casa.
Aunque nos encanta aliñar las ensaladas con una vinagreta clásica con aceite de oliva, pero con los precios que tiene en el supermercado encontrar una opción que sea también saludable, rica y más económica, se vuelve casi imprescindible. Esta opción es eso y mucho más, porque se trata de una salsa con alto valor proteico, fácil de hacer y perfecta también para acompañar un pescado a la plancha, para dipear o para una ensalada de pasta. Una salsa de yogur tan versátil como deliciosa.
Cómo hacer una salsa de yogur ligera para tus ensaladas
Para preparar esta salsa necesitamos dos yogures sin azúcar (mejor si son griegos), un diente de ajo y medio limón. Realmente es una salsa sencilla, pero con un truco que marca la diferencia: para que la salsa esté realmente sabrosa hay que rallar el ajo en vez de picarlo, “así logramos que esté verdaderamente presente en el conjunto”, nos explican los expertos de Directo al Paladar.
Empezamos mezclando el yogur con el ajo rallado. En mi caso uso siempre un bote, que me permite mezclar de una forma fácil si lo cierro y agito, y guardar el sobrante directamente en la nevera para otro día. Una vez mezclado, añadimos el zumo de medio limón. Rectificamos de sal, añadimos un poco de pimienta si nos apetece (siempre queda genial en los aliños) y si queremos, podemos añadir alguna hierba fresca picada como perejil, eneldo o incluso menta para darle un extra de frescor al conjunto, aunque no es imprescindible.
Si la salsa te queda demasiado espesa puedes aligerarla con un poco de agua fría, pero hazlo poco a poco. Pon una cucharada y remueve bien y ve añadiendo de una en una hasta conseguir la consistencia que prefieras. Puedes conservarla un par de días en la nevera, y usarla como complemento en tus platos de verano.
Ya tienes lista una salsa ligera y saludable para tus ensaladas, sin aceite y llena de proteínas gracias al yogur. No se puede pedir más a una receta.
Fotos | Directo al Paladar, Luisa Brimble en Unsplash
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