Reaprovechar el empaquetado de los alimentos es una declaración de intenciones y, para este propósito, uno de los productos más interesantes son los botes de cristal. Ya sean los de las legumbres, caldos, patés, papillas... cualquier tipo de envase y con sus diferentes medidas porque resultan muy útiles para almacenar productos que se ablandan una vez abiertos, como las galletas, o que simplemente vienen en incómodos envases, como las cápsulas de café, las mezclas de semillas, la avena y también la pasta, el arroz, la sal o el azúcar.
Sin embargo, uno de los mayores retos del proceso es quitar las etiquetas que tan bien pegadas al bote en cuestión salen de la fábrica. A diferencia, por ejemplo, de las de los botellines de cerveza, que se desprenden cuando todavía ni siquiera hemos terminado todavía de bebérnosla ya que estos recipientes sí que están pensados para la reutilización directa.
Comúnmente, se cree que una rasqueta o un lavado con agua caliente y jabón son la solución. Sin embargo, este proceder no sirve mucho más que para hacer perder la paciencia a quien lo intente. Y es que siempre quedan restos de la etiqueta y, sobre todo, de pegamento. Para hacerlo de forma más efectiva y eficiente, es mejor seguir estos pasos:
El primer paso es lavar bien estos envases a mano y, después, ponerlos en el lavavajillas con un programa lo más caliente posible. Es muy probable que, tras este paso, las etiquetas ya se hayan desprendido o salgan prácticamente solas.
Sin embargo, puede suceder que la cola siga oponiendo resistencia. El truco para terminar con dicho pegamento es untar los restos con aceite de oliva y dejarlos reposar durante una hora. Después, con un paño húmedo y agua tibia, frotamos la superficie y ya sí veremos cómo el pegamento se va desprendiendo.
Por último, podemos optar por un quitaesmalte a base de acetona, que es también una gran opción para acabar de eliminar los restos de pegamento. En este caso, hay que realizar la misma operación: humedecer la zona con este líquido y después eliminar con un paño mojado.
No obstante, aparte de eliminar la etiqueta, podemos ir un paso más allá y, una vez que nos hayamos deshecho de todos los restos, pintar en nuestros botes algunos motivos artesanales.
Esta es una bonita solución que podemos hacer con rotuladores permanentes, que resistirán los lavados a altas temperaturas. Incluso si no tenemos mucha destreza a la hora de pintar, podemos atrevernos con unos lunares, estrellas o pequeños detalles para darles un toque propio.
Foto de portada | Anshu A
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