La práctica regular de actividad física o el entrenamiento constante, suelen ser hábitos muy recomendables cuando buscamos estar en forma, sin embargo, los excesos pueden perjudicar la salud y eso queda demostrado cuando se presenta una adicción al ejercicio.
¿En qué consiste la adicción al ejercicio?
.Aunque en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) aun no se contempla la adicción al ejercicio, se sabe que se trata de un trastorno conductual que puede afectar alrededor del 3% de la población que se ejercita regularmente y perjudicar tanto la salud física como mental y emocional de quienes la padecen.
También descrita como una dependencia a la realización de ejercicio o la práctica compulsiva de ejercicio, ésta condición puede generar desde lesiones por sobre esfuerzo hasta alteraciones importantes de la conducta del afectado.
Así, quienes padecen una adicción al ejercicio organizan su vida en función de su práctica y sufren una abstinencia cuando no pueden realizar el entrenamiento habitual, incluso, se manifiesta ansiedad, irritabilidad y otros síntomas propios de la conducta compulsiva que caracteriza a la adicción.
Bajo estos rasgos generales, pueden encontrarse algunas características frecuentes entre quienes padecen adicción al ejercicio:
- Necesidad constante de realizar ejercicio
- La no práctica de ejercicio produce ansiedad, irritabilidad o fatiga
- Necesidad de incrementar la frecuencia e intensidad del ejercicio que se realiza
- Falta de control en torno al deseo de hacer ejercicio
- Cantidad de tiempo excesiva invertida en la práctica de ejercicio
- Reducción de otras actividades de la vida habitual por la realización de ejercicio
- Continuación de la práctica física pese a la presencia de una lesión o enfermedad
La identificación de tres o más de los indicadores anteriormente nombrados puede indicar la presencia de adicción al ejercicio, de acuerdo con la escala de dependencia al ejercicio.
Las consecuencias de la adicción al ejercicio
Más allá de los efectos negativos sobre las emociones y conductas del afectado que sin duda, perturban su vida social y afectan su estado de ánimo, la adicción al ejercicio puede ocasionar las consecuencias propias de toda conducta adictiva y practicada en exceso.
En este caso particular, además de ansiedad, irritabilidad y disconformidad por lo que se hace, el exceso de ejercicio puede colocar en riesgo la salud física, al someter al cuerpo a un esfuerzo considerable que ocasiona estrés y mayor riesgo de sufrir enfermedades y lesiones.
Las lesiones pueden ser propias de la sobrecarga del cuerpo y de la repetición constante de determinados movimientos o bien, pueden producirse por la falta de descanso que no permite la adecuada recuperación.
Asimismo, puede elevarse la frecuencia cardíaca en reposo, lo cual indica que el organismo se encuentra estresado, y a largo plazo, el ejercicio en exceso se ha vinculado a mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, el estrés puede generar insomnio y también, reducir las defensas del organismo, incrementando el riesgo de sufrir enfermedades.
Como podemos ver, algo tan saludable como ejercitarnos con regularidad, puede volverse muy riesgoso cuando se alcanza un exceso como ocurre cuando se padece una adicción al ejercicio.
Conclusiones
Para prevenir y revertir la adicción al ejercicio, resulta clave saber que quienes más horas dedican al entrenamiento o la actividad física estructurada, más riesgo tienen de sufrirla.
Así, en los casos de atletas o deportistas profesionales se debe prestar especial atención, aunque todos deberíamos comprender los beneficios de la práctica de ejercicio en dosis moderadas, sin llegar a excesos y saber que no pasa nada por un día que no vayamos al gimnasio, sino que, por el contrario, puede favorecer nuestra salud y resultar de ayuda para mejorar el rendimiento.
Entonces, quienes padecen adicción al ejercicio, requieren de un tratamiento conductual mediante la psicoterapia, mientras que para prevenir esta condición resulta clave tomar conciencia de que ningún exceso es bueno para nuestro cuerpo, ni siquiera, el de ejercicio.
Para estar en forma, vitales y saludables, debemos apuntarnos a una vida sin excesos, donde prime la moderación, también en la realización de ejercicio físico.
Bibliografía consultada | Pennsylvania State University: Exercise Dependence Scale; Nutr Hosp. 2015;31(6):2384-2391,ISSN 0212-1611; y Mayo Clinic Proceedings, Volume 87, Issue 6, June 2012, Pages 587–595.
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