Ya sabéis que la forma en que te alimentas puede influir grandemente en tu estado y apariencia física, por ello, hoy dedicamos unas líneas al calcio, un mineral que te ayudará a estar en forma además de cuidar tus huesos.
El calcio, mucho más que cuidar tus huesos
Siempre se ha asociado este mineral a la salud de nuestros huesos, pero debemos saber que más allá de esta función tan importante, el calcio puede contribuir a tu estado físico y a una mejor estética corporal. En definitiva, los nutrientes no sólo producen sus efectos internamente, sino que también muestran resultados por fuera.
El calcio además de formar parte de los huesos, es componente fundamental de nuestros dientes, por lo tanto, no puede faltar en tu dieta si quieres lograr una sonrisa perfecta.
Por otro lado, se ha vinculado en diferentes ocasiones la ingesta de calcio con un menor porcentaje de grasa corporal, conociéndose en un estudio el efecto antiobesidad del calcio y los productos lácteos en la dieta. También se ha visto en una investigación que la ingesta de calcio puede contribuir a controlar el peso corporal y evitar la acumulación de grasa en el cuerpo.
Entonces, sin duda el calcio es de gran ayuda para prevenir la formación de barriga y la ganancia de kilos de peso. Es decir, el calcio es un buen recurso si intentamos estar en forma.
Por último, no debemos olvidar que el calcio interviene en la contracción muscular, por ello el calcio favorece la reducción de la presión arterial, cuida nuestro sistema cardíaco y nos ayuda a prevenir las consecuencias de una mala circulación sanguínea, es decir, reduce el riesgo de sufrir varices, ojeras, arañitas, y demás.
Asimismo, al favorecer la contracción muscular nos ayuda a rendir más, a prevenir calambres por desequilibrios electrolíticos y también, puede ayudarnos a lograr los resultados que esperamos con el entrenamiento.
Consejos para que no falte calcio en tu dieta
Como pudimos ver, el calcio no sólo colabora con la salud de los huesos, sino que además puede ayudarnos a estar en forma, por eso, a continuación dejamos algunos consejos para que no falte este mineral en tu dieta:
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Incluir al menos un lácteo a diario, en lo posible desnatado, ya que son los más vinculados a los beneficios del mineral sobre el peso y la grasa corporal. Puede tratarse de yogur o leche, y en menor medida, de quesos bajos en grasas.
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Sumar legumbres a la dieta que son fuentes de calcio, sobre todo, la soja y derivados, las alubias, judías y garbanzos.
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Consumir pescados y/o mariscos al menos tres veces por semana, que son una gran fuente de calcio fuera de los lácteos. Las mejores alternativas para sumar el mineral son las sardinas, el bacalao, jurel, atún, calamares, langostinos, pulpo, berberechos y almejas.
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Incluir un puñado de frutos secos a diario que también son buenas fuentes de calcio y otros nutrientes saludables. Los ejemplares más ricos en el mineral son las avellanas y las almendras.
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Añadir semillas a la dieta como parte de una ensalada, junto a los cereales del yogur o en un pan integral. Las pipas de girasol, las semillas de amapola y de sésamo pueden ayudarnos a que no falte el mineral en nuestra mesa.
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Sumar vegetales verdes a los platos habituales, pues son ricos en calcio de origen vegetal. Por ejemplo: brócoli, espinaca, acelgas, albahaca, perejil, berro, entre otros.
Con estos trucos podrás sumar calcio a tu dieta, un mineral que ya hemos probado, no sólo te ayudará a cuidar los huesos de tu cuerpo, sino también, será un gran aliado si buscas estar en forma y cuidar la línea.
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